Finalmente no habrá huelga en la autopista AP-7. La empresa, Ferrovial-Cintra, y el comité de empresa llegaron en la noche del pasado jueves a un acuerdo in extremis que evitó el comienzo de la protesta, que había sido convocada con una duración indefinida.
El conflicto se inició cuando la empresa comunicó que tenía previsto despedir a 18 de los 34 trabajadores que realizan funciones de cobradores en los diferentes peajes de la red para reemplazarlos por seis máquinas automáticas de cobro.
Las negociaciones, que culminaron pasada la medianoche del jueves, permitieron llegar a un acuerdo que reduce en un 30 por ciento el número de despidos mediante un proceso de 'internalizaciones'. Algunos de estos trabajadores asumirán funciones dentro de la empresa que actualmente se encuentran subcontratadas, según explicaron ayer fuentes sindicales.
La empresa confirmó a este periódico a través de un portavoz que algunos de los trabajadores podrán ser recolocados en otros departamentos.
El acuerdo, que fue rubricado por la asamblea de trabajadores en la madrugada de ayer, incluye también una bajada salarial en torno al 3,5 por ciento, y la posibilidad de recuperar a empleados despedidos si el flujo de tráfico supera las actuales expectativas de la empresa, que en opinión del comité de empresa han sido realizadas a la baja. Los sindicatos temían que el cálculo a la baja del tráfico previsto provocara en la práctica una transferencia de empleo estable a eventual. Actualmente, un total de 108 personas componen la plantilla de la empresa, que se ha visto reducida en el último año y medio con una serie de despidos selectivos.
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