En una entrevista concedida por Ana Pastor en Radio Nacional de España el pasado día 22 de Marzo de 2013, la Ministra hacía las siguientes declaraciones: “El Gobierno trabaja en dos campos. Por un lado, en que las administraciones no pueden volver a hacer lo que nos hemos encontrado: en mi ministerio me he encontrado con una deuda de más de 40.000 millones y más de 3.000 millones de facturas sin pagar”
En estas declaraciones, la Ministra parece que se hace no responsable de lo que sucedió en su Ministerio antes de su llegada, lo cual es, tristemente, algo muy normal en todos los gobiernos que hemos tenido en este país.
A los políticos en este país les ha salido, hasta el momento, muy barato ser responsables de sus decisiones en las diferentes instituciones del estado. Desde el gobierno de Jose Mª Áznar, y sus dos ministros de Fomento, Rafael Arias-Salgado y Francisco Álvarez Cascos, a el gobierno de Jose Luís Rodríguez Zapatero y sus respectivos ministros Magdalena Álvarez y José Blanco, hasta la última legislatura, la de Mariano Rajoy con su Ministerio encabezado por Ana Pastor, son responsables de lo que aquí está pasando.
Pero aquí nadie pasará por los tribunales por llevar a los ciudadanos primero a un despilfarro de las arcas públicas y después a la destrucción de terrenos. A diferencia de cualquier ciudadano, éstos no serán juzgados por sus responsabilidades, o al menos, por la responsabilidad de dilapidar hasta 4.000 millones de euros por el rescate de unas infraestructuras en quiebra (las Radiales R-2, R-3, R-4, R-5 y AP-41, y las autopistas M-12, AP-36, AP-7 y la circunvalación de Alicante).
Ahora, los políticos, en este estado en el que los ciudadanos cada vez son más conscientes de la situación los que estos meros gestores de capital público les han llevado, se llevan las manos a la cabeza cuando se ven rodeados, ya no sólo en sus lugares de trabajo, sino en sus propios hogares por manifestaciones pidiéndoles responsabilidades.
Esto es lo que han gestado durante más de treinta años, y ¡Al fin! se están pidiendo responsabilidades.
A los políticos en este país les ha salido, hasta el momento, muy barato ser responsables de sus decisiones en las diferentes instituciones del estado. Desde el gobierno de Jose Mª Áznar, y sus dos ministros de Fomento, Rafael Arias-Salgado y Francisco Álvarez Cascos, a el gobierno de Jose Luís Rodríguez Zapatero y sus respectivos ministros Magdalena Álvarez y José Blanco, hasta la última legislatura, la de Mariano Rajoy con su Ministerio encabezado por Ana Pastor, son responsables de lo que aquí está pasando.
Pero aquí nadie pasará por los tribunales por llevar a los ciudadanos primero a un despilfarro de las arcas públicas y después a la destrucción de terrenos. A diferencia de cualquier ciudadano, éstos no serán juzgados por sus responsabilidades, o al menos, por la responsabilidad de dilapidar hasta 4.000 millones de euros por el rescate de unas infraestructuras en quiebra (las Radiales R-2, R-3, R-4, R-5 y AP-41, y las autopistas M-12, AP-36, AP-7 y la circunvalación de Alicante).
Ahora, los políticos, en este estado en el que los ciudadanos cada vez son más conscientes de la situación los que estos meros gestores de capital público les han llevado, se llevan las manos a la cabeza cuando se ven rodeados, ya no sólo en sus lugares de trabajo, sino en sus propios hogares por manifestaciones pidiéndoles responsabilidades.
Esto es lo que han gestado durante más de treinta años, y ¡Al fin! se están pidiendo responsabilidades.
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