El vicepresidente económico del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso, ha declarado que se está "evaluando" la posibilidad de poner un peaje en un tramo de la carretera del anillo insular para "financiar" y "acelerar" las obras del proyecto que uniría el norte y el sur de la isla por ambos lados. Según indica "Hay tramos que todavía no tienen proyecto técnico ni financiación", por lo que para dicho fin se están estudiando formas de financiación mediante pago, y que una de las fórmulas es el peaje.
De seguir adelante esta idea, esta carretera se convertiría tristemente en la primera vía de peaje de la Comunidad Canaria. Sin embargo, cabe preguntarse si es necesario llegar a ese punto, si de verdad una vía de dos carriles por sentido es necesario para el volumen de tráfico de la isla, o si quizás el "acelerar la obra" no tiene más un objetivo electoralista que el de beneficiar a la población tinerfeña. Aún cuando la carretera se construyera con una financiación "público-privada" ¿no saldría la población canaria más afectada que beneficiada tal como ha pasado con autopistas construidas en la península como las radiales, la AP-36 ó incluso algunas con peaje a la sombra como la M-45 o la M-50 en Madrid?
Es ahora cuando los ciudadanos tinerfeños tienen la oportunidad de alzar la voz contra estos proyectos que, visto lo visto, sólo endeudan a la población y dan beneficios a unos pocos.
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