viernes, 11 de marzo de 2016

Navarra ha pagado ya el 86,6% de la Autovía del Camino cuando aún quedan 17 años de concesión

Abonos anuales de peajes en sombra.
Abonos anuales de peajes en sombra. (ITXASO MITXITORENA)

El Gobierno de Navarra había pagado a cierre del 2015 el 86,6% de lo que costó en su día la Autovía del Camino a pesar de que todavía quedan por afrontar 17 años de abono del canon del peaje a la empresa concesionaria a una cantidad anual que ronda los 40 millones de euros. Así se desglosa del balance de desembolsos realizado por el Gobierno de Navarra para esta infraestructura, que en este 2016 sumará otros 43,4 millones de abono, con los que prácticamente hubiera quedado pagada por completo de haberse financiado mediante el endeudamiento tradicional.

La fórmula de peaje en la sombra elegida por el Gobierno de UPN para financiar esta infraestructura trae para la economía navarra un nefasto balance ya que por las obras que costaron a la empresa adjudicataria 389 millones de euros el Gobierno va a tener que pagar finalmente cerca de 1.157 millones. Casi cuatro veces más del coste real, que Navarra no hubiera tenido que asumir de haberse acudido a una financiación tradicional.

Como ya se conoce, la fórmula de peaje en la sombra permite a las administraciones acometer grandes obras sin tener que endeudarse de forma inmediata a cambio de contraer una deuda con una empresa privada (la que ejecuta las obras y se encarga del mantenimiento) mucho más cuantiosa pero a pagar en un largo periodo de tiempo. Posibilita acometer infraestructuras a corto plazo, ya que es la empresa concesionaria la que paga, mientras que la Administración se compromete a asumir un peaje por cada vehículo que utiliza dicha infraestructura durante un periodo de tiempo que se pacte, que en el caso de la Autovía del Camino, es de 30 años. Está demostrado que este tipo de financiación a largo plazo supone un elevado sobre coste para las administraciones pero a pesar de ello, UPN recurrió no una sino hasta en tres ocasiones a esta fórmula: en la Autovía del Camino, en la del Pirineo y el Canal de Navarra.

Tanto es así que al finalizar este ejercicio presupuestario 2016 (para el que están previstos 43,4 millones), Navarra habrá pagado ya en su totalidad el coste inicial de 389 millones que supuso la Autovía del Camino, entre los que en su día se incluyeron una compensación de 20 millones a la adjudicataria por adelantar unos meses la puesta en servicio y otros 35 por la denominada revisión de precios. En cambio, y como ya se ha señalado, faltan por afrontar todavía los pagos hasta 2032, fecha en la que termina la concesión. Calculando los cánones que se están afrontando actualmente y que pueden verse desglosado por años en la tabla adjunta, la propia Cámara de Comptos estimó que para el final de la concesión se habrán pagado cerca de 1.157 millones de euros, lo que supone cuatro veces su coste real.

Esta realidad, que no por conocida deja de ser menos escandalosa, fue valorada por el actual Gobierno de Navarra en una respuesta parlamentaria a EH Bildu. Desde el Ejecutivo destacan, como ya lo hizo la Cámara de Comptos en su día, que “de haberse licitado los proyectos a lo largo de la vía presupuestaria habitual, podrían haberse logrado costes finales inferiores al coste reconocido por las concesionarias”.

Junto a la Autovía del Camino, el Gobierno valora también en su respuesta los costes de la Autovía del Pirineo, que se financió en parte con el mismo sistema que la anterior. Para construir los diferentes tramos de esta autovía, la empresa concesionaria pagó 191.452.689,15 euros, y el Gobierno puso 96.897.72 euros. De los adelantados por la concesionaria, el Gobierno ya le ha devuelto 57.738.517,83 euros desde 2012 hasta 2015, es decir, el 25,99% del total en tan solo tres años. Por esta obra el Gobierno se ha comprometido a pagar el canon anual hasta el año 2039, lo que también supondrá un llamativo sobrecoste. Solo para 2016 se ha presupuestado un pago de 16,4 millones.

En ambos casos, el Gobierno actual considera que el Ejecutivo regionalista que tomó la decisión de recurrir a este modelo de financiación debió preguntarse “si existía una urgencia inaplazable necesaria como para ejecutar ambas obras en un plazo récord o si, por el contrario, hubiera sido posible acometerlas a ritmo más lento por la vía presupuestaria tradicional”. Esa urgencia inaplazable hubiera sido un argumento de peso para recurrir a este tipo de financiación ruinosa para las arcas forales.

En cambio, el actual Ejecutivo considera que “no parece” que en estos dos casos el adelanto en tiempo que supuso recurrir al peaje en sombra justificara el tan sensible incremento del coste de ambas infraestructuras. Es decir, no estaba justificado en aquel momento recurrir a este sistema.

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