El paseo Independencia es el paradigma del cambio de modelo en la movilidad de Zaragoza, ya que ha pasado de tener diez carriles en los años 90 a solo dos en la actualidad. - EDU NAVARRO |
Las decisiones políticas del último cuarto de siglo en materia de Movilidad han transformado Zaragoza. El abandono del modelo que fomentaba del uso del vehículo privado y la apuesta por el transporte público y la movilidad sostenible comenzó en la década de los 90, y sigue todavía hoy dando nuevos pasos. Pero sus efectos se dejan notar, con datos contundentes como el hecho de que el autobús, el tranvía y la bicicleta han abosrbido el 12% del tráfico privado que había hace 25 años en la capital aragonesa.
La plaza del Pilar y una parte importante del Casco Histórico, en todo este tiempo, han dejado de ser transitables por vehículos; se han reducido de 10 a 2 los carriles en el paseo Independencia; se ha limitado la velocidad a 30 kilómetros por hora en todas las calles de un solo carril (así son la mayoría de las del Casco) y se han desarrollado dos nuevos medios de transporte público: el tranvía y el sistema Bizi. Y a esto se ha sumado la construcción de dos grandes circunvalaciones --el tercer y cuarto cinturón, culminados para la Expo del 2008-- a los que se ha derivado buena parte de la circulación en vehículo privado del centro.
Según informaron los responsables del servicio de Movilidad del Ayuntamiento de Zaragoza, aunque no pueden compararse los cambios iniciales con la situación actual en la ciudad, la intención en los 90 ya era la misma que la que se persigue hoy, en línea con otras capitales europeas. "Recuperar el casco urbano para el peatón es una tendencia constante en la gran mayoría de ciudades europeas y españolas; eso sí, cada una sigue un ritmo diferente", manifestaron.
Todos los cambios introducidos hasta hoy han supuesto que la plaza Paraíso haya dejado de ser el kilómetro cero de la capital. De los 100.000 vehículos que cruzaban este punto a principios de los 90, ahora tan solo lo hacen 60.000. Es decir, la eliminación de carriles de circulación y la apuesta por medios de transporte alternativos, como el tranvía o la bicicleta, han reducido un 40% el tráfico en la zona.
Sin embargo, tal y como apuntaron desde Movilidad, esto no significa que se haya reducido el uso del coche privado en el mismo porcentaje. Porque el transporte público solo ha absorbido el 12% de esos conductores habituales. "Puede parecer una cifra baja, pero es satisfactoria y, de hecho, es el máximo al que se puede aspirar, si tenemos en cuenta los datos que se registran también en otras ciudades europeas", manifestaron los responsables del área.
Otra parte del tráfico que antes cruzaba Paraíso, Independencia o Gran Vía, ahora ha emigrado a las circunvalaciones. "Han supuesto una reducción significativa del tráfico y los datos dicen que pasan una media de entre 50.000 y 60.000 vehículos al día por el tercer y el cuarto cinturón", sostuvieron. Y algunos de ellos ya "no entran a la ciudad en ningún momento".
El cambio de modelo, además de modificar el aspecto de la ciudad y los hábitos de desplazamiento de los zaragozanos, ha supuesto una reducción de las emisiones de CO2 a la atmósfera. Sobre todo en el centro.
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