Dos pasos se han dado en esta última semana que hunden aún más la credibilidad del gobierno y de la ministra de Fomento. Por un lado, la presentación de lo que el Ministerio ha dado por llamar el futuro Plan de Infraestructuras, Transporte y Vivienda (PITVI), que se alargaría desde el 2012 hasta 2024, y por otro, la emisión de otros 200 millones de euros en préstamos participativos para el sostenimiento financiero de las concesionarias de las autopistas de peaje.
La presentación del PITVI ha sido, desgraciadamente, más un documento más de análisis de lo que está hecho y en servicio que como una hoja de ruta para futuros proyectos detallados y sus presupuestos y plazos específicos para su materialización. Por lo que, de poco ha servido para aumentar la confianza de las empresas del sector. El PITVI se puede considerar más orientativo que informativo y esboza a grandes rasgos cuales serían las intenciones de un gobierno que más que fijar objetivos, los va improvisando a medida que le van dejando claro lo que quieren desde Bruselas y desde Berlín.
Sin embargo, algo nos ha alarmado, y es que en este documento, más precisamente en el capítulo de de nuevas infraestructuras viarias, el Ministerio retoma en su agenda la construcción de la Radial R-1, con un recorrido muy similar al presentado ya por la Comunidad de Madrid pero que conectaría directamente la M-40 con la provincia de Segovia.
Por otro lado, la presentación la semana pasada del proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado ha dejado claro que el Gobierno sigue apostando por dilapidar el dinero de los contribuyentes, emitiendo ayudas a las concesionarias con una cuantía de 200 millones de euros. Sabemos que dicha cuantía no es ni tan siquiera suficiente para solventar la situación de una de las autopistas de peaje, ya que por ejemplo, la concesionaria de las Radiales R-3 y R-5, necesitaría unos 660 millones de euros, la concesionaria de la R-4, que necesitaría unos 575 millones de euros o la AP-7 entre Cartagena y Vera necesitaría unos 550 millones.
Pero es que el Gobierno sigue creyendo que un aumento del tráfico en futuros años puede hacer que el sector se recupere, sin considerar que estas infraestructuras han tenido perdidas desde un principio al proyectarse para densidades de vehículos ficticias.
Sin embargo, algo nos ha alarmado, y es que en este documento, más precisamente en el capítulo de de nuevas infraestructuras viarias, el Ministerio retoma en su agenda la construcción de la Radial R-1, con un recorrido muy similar al presentado ya por la Comunidad de Madrid pero que conectaría directamente la M-40 con la provincia de Segovia.
Por otro lado, la presentación la semana pasada del proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado ha dejado claro que el Gobierno sigue apostando por dilapidar el dinero de los contribuyentes, emitiendo ayudas a las concesionarias con una cuantía de 200 millones de euros. Sabemos que dicha cuantía no es ni tan siquiera suficiente para solventar la situación de una de las autopistas de peaje, ya que por ejemplo, la concesionaria de las Radiales R-3 y R-5, necesitaría unos 660 millones de euros, la concesionaria de la R-4, que necesitaría unos 575 millones de euros o la AP-7 entre Cartagena y Vera necesitaría unos 550 millones.
Pero es que el Gobierno sigue creyendo que un aumento del tráfico en futuros años puede hacer que el sector se recupere, sin considerar que estas infraestructuras han tenido perdidas desde un principio al proyectarse para densidades de vehículos ficticias.
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