lunes, 22 de octubre de 2012
¿Cómo es posible equivocarse tanto?
El pasado mes de julio, la ministra de Fomento, Ana Pastor, pese a que el Gobierno está aplicando recortes a diestro y siniestro y de que admitía que la situación de las radiales de peaje de Madrid es “insostenible”, decidía “regalar” 290 millones de euros a este tipo de autopistas de pago.
Sin embargo, sus intentos por “mantener a flote” estas infraestructuras no se han visto reflejados en la realidad actual. Prácticamente todo el sistema de radiales de peaje de la capital de España está en situación de concurso de acreedores. Así, hasta cuatro autopistas de pago han tirado la toalla por falta de tráfico rodado.
Accesos de Madrid, la compañía que explota las autopistas de peaje R-3 y R-5, es decir la que cubre el trayecto Madrid-Arganda y la que lo hace entre Madrid-Navalcarnero, se ha visto obligada a dar el paso de pedir un concurso de acreedores. Según informa El Economista, lo ha hecho ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo para renegociar con los bancos una deuda de más de 660 millones de euros.
Accesos de Madrid sigue de esta manera los pasos dados por Sacyr y Ferrovial, con participación en la R-4 entre Madrid y Ocaña, que no pudieron afrontar el pago de una deuda de 575 millones a finales de septiembre.
Por otra parte, la autopista entre Madrid y Toledo, la AP-41, está en suspensión de pagos desde el pasado mes de marzo. En ella participan accionistas de Isolux, Comsa, Sando y Azvi, además de Banco Espírito Santo. Arrastraban obligaciones por valor de 530 millones de euros, de los que 380 millones eran deuda bancaria y 150 millones correspondían a expropiaciones por pagar.
En el caso de Accesos de Madrid, la empresa que dirige José Antonio López Casa está participada por Abertis, con un 35% del capital, Sacyr (25%), ACS (20%) y una sociedad de participaciones de la antigua Caja Madrid, que tiene bajo su control otro 20%.
Un agujero de más de 2.000 millones: Si se suman todas las deudas de estas carreteras en la Comunidad de Madrid, el agujero es de 2.171 millones de euros, mientras que la inversión realizada para la construcción y puesta en marcha de las mismas fue de 3.338 millones de euros.
La principal causa de todos estos concursos de acreedores está en el escaso tráfico rodado que han registrados estas radiales de pago, muy por debajo de las previsiones que se hicieron cuando se aprobaron los proyectos.
La R-3 contabilizó una media diaria de unos 10.383 vehículos en el primer trimestre del año, un 15,3% menos que un año antes, según los últimos datos del Ministerio de Fomento. Por su parte, el tráfico de la R-5 cayó un 16,2%, hasta unos 7.514 usuarios diarios. La R-3 y la R-5, ambas en explotación desde 2004, son dos de las vías que más han acusado la caída de usuarios en las vías de pago desde el inicio de la crisis.
Preguntas sin respuesta: Ante todos estos datos, cabe preguntarse: ¿cómo es posible equivocarse tanto? Además, si todos concursos de acreedores no se resuelven bien, ¿quién acabará pagando los platos rotos? Para la primera pregunta no hay respuesta, pero para la segunda sí: se pagará del presupuesto del Estado, es decir de los bolsillos de todos los españoles.
Una tercera pregunta que podría hacerse tiene que ver con que todo esto pone de relieve que Madrid tiene unas infraestructuras viarias gratuitas muy bien dotadas, ya que permiten poder prescindir de las de pago. Por el contrario, a pesar de la crisis en otras comunidades, donde hay bastantes autopistas de pago, éstas continúan siendo rentables, porque no hay otra alternativa viaria suficientemente buena.
ForumLibertas.com 18/10/2012
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