Uno de los mensajes más demoledores que deja esta crisis es que, pese a todo, no hay nadie que asuma sus responsabilidades. Ni por la crisis financiera, ni por la descontrolada burbuja inmobiliaria…
Ni tampoco por la enorme cantidad de infraestructuras ruinosas que
pueblan las ciudades y capitales de nuestro país y que han sido
principales causantes del alto endeudamiento que hoy sufrimos. Ayer el
programa ‘Comando Actualidad’ dedicaba su programa en TVE
(cuyo vídeo encabeza este artículo) a las inversiones inútiles e
infrautilizadas que se llevaron a cabo en los últimos años y los casos
son sangrantes.
Que haya una estación de AVE, como la de
Requena-Utiel, que haya costado 12 millones de euros y que, por estar en
mitad de la nada, pueda contar sus usuarios diarios con los dedos de la
mano debería ser motivo de dimisión inmediata y exigencia de
responsabilidades de los que ordenaron esa obra por despilfarrar el
dinero público. Lo mismo ocurre con el aeropuerto de Huesca, el Palacio
de Congresos de Palma de Mallorca, la Ciudad de las Letras de Galicia…
En el programa de anoche se ofrecieron algunos datos que no por ser conocidos (en este blog hemos tratado muchos de estos temas) son menos graves:
- De los 47 aeropuertos españoles, sólo diez son rentables. Un total de 26 están en situaciones críticas.
- Somos el país con más kilómetros de AVE de Europa, pero con seis veces menos pasajeros de estas líneas que países como Francia.
- En España hay más de 140 palacios de congresos y una veintena en construcción, muchos de ellos con escasa actividad y pérdidas económicas.
- La mitad de las autopistas de España están al borde de la quiebra por el casi nulo uso de los conductores.
Ante estas inversiones ruinosas, que no tuvieron un serio estudio de
viabilidad futura y que se hicieron en la mayoría de los casos gracias a
un endeudamiento que hoy nos ahoga, se deberían exigir responsabilidades a quien las aprobó y las ordenó.
El problema es que, como comenta el profesor de la Universidad de
Barcelona experto en infraestructuras de transporte a los compañeros de
‘Comando Actualidad’, tal y como está configurado el sistema en España la factura la pagarán los contribuyentes y no los que permitieron y ordenaron este malgasto.
Ser el país con más kilómetros de AVE,
aunque eso suponga que haya líneas sin pasajeros y estaciones fantasma,
no nos convierte en más competitivos, ni supone mayor bienestar para los
ciudadanos. Ostentar el récord de autopistas, que a la postre no
cuentan con una demanda clara no conlleva más inversiones ni nos hace
más atractivos de cara al exterior. Ante la pregunta de si todo eso nos lo podíamos permitir, la respuesta es no. El problema es que la factura perdurará durante décadas y será socializada y no exigida a quien la firmó.
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