El grupo de gobierno lalinense insta al Ministerio de Fomento a iniciar las gestiones para el traspaso de la autopista que une Santiago y Deza a la Xunta y propiciar así una reducción en las tarifas en una de las vías de comunicación de pago más caras de España.
El ejecutivo popular refrendará en el pleno de mañana una iniciativa del BNG, que, aunque no apoya en su totalidad, sí consigue parte de los objetivos de la oposición. El PSOE registró la semana pasada otra propuesta semejante al conocerse que Fomento autorizará a la concesionaria de la AP-53, Acega, a subir las tarifas un 1,85% a partir del 1 de enero próximo.
La primera parte de la propuesta de los nacionalistas -la transferencia de la autopista- consiguió el apoyo del ejecutivo de José Crespo. Casi desde su construcción, hace ahora una década, el traspaso de la titularidad de la AP-53 a la Xunta fue el principal argumento para que la administración gallega pudiese intervenir directamente en la reducción de las tarifas de una vía de alta capacidad que, desde 2003, incrementó sus precios en un 70%.
El gobierno entiende los argumentos del BNG para rebajar las tarifas de la prohibitiva conexión de la capital gallega con Deza, pero en este caso plantea una enmienda. Así, el texto que pretende salir del pleno descarta, como pedían los nacionalistas, una supresión total del peaje y la iniciativa está encaminada hacia una reducción del mismo. El grupo de gobierno, con el PSOE al frente de la cartera de Fomento, había promovido protestas, que ahora rechaza activar como planteaba el grupo municipal que coordina Xesús Cordeiro. Así, desestima convocar actos vecinales reivindicativos y también ha quedado en el aire la adecuación de la N-525 entre Lalín y Ponte Ulla (A Coruña), carretera que podría ser alternativa a la autopista, pero con estado más que mejorable.
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