El Ayuntamiento de Madrid presentará la semana que viene un nuevo protocolo de actuación para episodios de alta contaminación que endurecerá las medidas de restricción del tráfico, de forma que será prácticamente inevitable que en los próximos meses haya días en los que se obligue a los conductores a reducir su velocidad a 70 kilómetros por hora en las autovías de acceso y en la M-30; se les impida estacionar dentro del área regulada con parquímetros; e incluso se prohíba la circulación por la almendra central y la M-30 a los vehículos con matrícula par o impar y a los taxis vacíos.
El gobierno de Ana Botella (Partido Popular) anunció en julio de 2014 un protocolo para aliviar los peores días de contaminación en la ciudad, y durante su tramitación endureció las actuaciones previstas. Sin embargo, desde su entrada en vigor el pasado 1 de marzo nunca se han activado esas medidas pese a que muchos días se han disparado los niveles de contaminación en las estaciones de medición repartidas por toda la ciudad.
La Unión Europea sólo prevé un nivel de alerta, que se alcanza cuando tres estaciones de medición ubicadas en una misma zona de la ciudad superan los 400 microgramos por metro cúbico de dióxido de nitrógeno durante dos horas consecutivas. Eso no ha ocurrido jamás en Madrid.
Botella estableció dos niveles previos: de aviso (dos estaciones, 250 microgramos, dos horas consecutivas) y de preaviso (dos estaciones, 200 microgramos, dos horas consecutivas).
El protocolo en vigor no prevé tomar ninguna medida en el primer día de preaviso. El segundo día de preaviso o el primer día de aviso, se informa a la ciudadanía, con recomendaciones de salud (no salir a correr, etcétera), y se limita la velocidad en la M-30 y en las autovías de acceso (dentro del radio de la M-40) a 70 kilómetros por hora como máximo.
El tercer día de preaviso o el segundo de aviso, se prohíbe además estacionar dentro del área regulada con parquímetros a los coches que no sean de vecinos del barrio. El tercer día de aviso, se restringe la circulación por la almendra central a la mitad de vehículos (según si la matrícula es par o impar) y a los taxis vacíos. En caso de alerta (según ya los parámetros de la UE), esa prohibición se extiende a la M-30.
El nuevo protocolo que prepara el gobierno municipal (en manos de Ahora Madrid) prevé dos cambios fundamentales: hasta ahora, el límite de 200 ó 250 microgramos debía superarse durante dos horas consecutivas en la misma estación de medición, y que esto sucediera al mismo tiempo en dos estaciones. El nuevo protocolo tiene en cuenta simplemente que haya dos estaciones en una misma zona por encima del límite dos horas consecutivas.
La ciudad se divide en cinco zonas; la más problemática comprende 41 kilómetros cuadrados, coincide con el interior de la M-30, alberga a 1,1 millones de habitantes y tiene 10 estaciones.
El otro cambio introducido en el nuevo protocolo afecta a los límites de preaviso (ahora, 200 microgramos) y aviso (250 microgramos), que se reducirán sensiblemente, aunque el Ayuntamiento todavía no ha decidido la cifra definitiva. El límite de alerta no cambiará porque lo fija la UE.
Botella aprobó en abril de 2012 un plan de calidad del aire con el que pretendía adecuarse en 2015 a los límites legales impuestos en 2010 por la UE. De los muchos contaminantes existentes, la capital rebasa únicamente el tope en uno de ellos: el dióxido de nitrógeno, originado en su práctica totalidad por los motores diésel. En mayo de 2013, la Comisión Europea indicó que “sería necesario incluir medidas de reducción de la contaminación más estrictas en el plan de calidad del aire para lograr el cumplimiento” de la normativa.
Entre 2011 y 2014, la contaminación anual media descendió de 45 a 35 microgramos por metro cúbico de dióxido de nitrógeno, y ahora está por debajo del límite legal de la Unión Europea (40).
Sin embargo, el año pasado seis de las 24 estaciones de medición sí rebasaron el límite legal anual (en 2011 fueron 15) y cinco incumplieron el límite legal horario (en 2011 fueron nueve).
La concejal de Medio Ambiente, Inés Sabanés , está preparando un nuevo plan de calidad del aire para cumplir con los requerimientos de la UE; según ha explicado esta mañana, la capital cuenta con una sola oportunidad más para convencer a la Comisión Europea y evitar la multa que le correspondería por sobrepasar desde 2010 los límites de dióxido de nitrógeno estipulados por la normativa comunitaria.
La propuesta de Sabanés (que lidera en Madrid el partido ecologías Equo) contempla medidas referidas al transporte público (aumentar el porcentaje de autobuses no contaminantes de la Empresa Municipal de Transportes, actualmente el 50%) y a la carga y descarga (extender el sistema piloto de plataformas logísticas para que las mercancías se distribuyan con vehículos eléctricos). Además, se renovará con una partida de 670.000 euros la red de medidores de la contaminación, aunque sin cambiar su ubicación para que las lecturas sean homogéneas. Pero la medida que sin duda afectará en mayor medida a los madrileños será el nuevo protocolo para episodios de alta contaminación, que es “más exigente, plantea intervenir mucho antes y con medidas más intensas”, según Sabanés.
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