Peaje de la autopista AP-6, explotada por Abertis. EFEY |
Los expertos consideran que en España se debería empezar a cobrar por circular por toda la red de alta capacidad, incluyendo las autovías, pero las asociaciones de conductores creen que este posible peaje sería injusto y perjudicial para la economía.
Hasta hoy, circular por las carreteras de nuestro país, salvo por la autopistas de peaje, es gratuito ¿Pero qué ocurriría si se empezara a cobrar por su uso como ya se hace en algunos países europeos?
Aunque no hay ninguna postura oficial sobre el asunto ni, de momento, el Gobierno ha planteado en firme esa posibilidad, el director general de la Sociedad Estatal de Infraestructuras Terrestres (SEITT), Juan Alfaro explicó a finales de junio que las autovías de peaje se convertirían en una realidad en nuestro país tarde o temprano, independientemente de quién estuviera en el poder.
No se trata de un anuncio estrictamente novedoso ya que Bruselas recomendó la aplicación de esta medida en España el año pasado. Seopan, la patronal de las grandes constructoras de nuestro país vio en seguida con buenos ojos la receta de la Unión Europea ya que considera que haciendo todas las vías de alta capacidad de pago se lograría aumentar el presupuesto en inversión en unos 10.200 millones de euros, suponiendo que cada conductor pagara entre 0,03 y 0,14 euros por kilómetro. Abertis incluso se atrevió a fijar en 2020 la llegada de este peaje .
Por otra parte, y según los cálculos que realizó la patronal a principios de año, esta cifra permitiría también rescatar las autopistas que se encuentran actualmente en quiebra, una situación que Fomento ha propuesto solventar con otras medidas.
Sin embargo, muchas asociaciones de automovilistas opinan que la introducción de un peaje en las autovías sería contraproducente e injustopara los conductores.
Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), explica a EXPANSIÓN que este sobrecoste equivaldría a "volver al derecho medieval del portazgo", un impuesto que los reyes y señores feudales cobraban a los que transitaban por sus tierras.
Arnaldo reitera que los conductores ya pagan "25.000 millones al año en impuestos (el de circulación, el de los combustibles, etc.) que cubrirían de sobra el mantenimiento de las carreteras" y que esta medida simplemente haría que "pagasen por lo que ya han pagado".
En este punto coincide con Jorge Castellanos, coordinador de Seguridad Vial y Movilidad de Race, quien, además de expresar contundentemente su rechazo a esta posible medida, asegura que "la aportación que ya realizan los automovilistas a las administraciones mediante múltiples impuestos y tasas es más que suficiente".
Asimismo, ambos piensan que un posible cobro afectaría muy negativamente a la seguridad de los conductores. Arnaldo considera optarían por recorridos alternativos lo que congestionaría las carreteras de menor capacidad incrementando el riesgo de accidentes.
"Es una penalización a las vías más seguras frente a las carreteras convencionales y, por lo tanto, una penalización de la seguridad vial", explica Castellanos para el que sería más lógico que ocurriera todo lo contrario, es decir, que se establecieran medidas que fomentasen su utilización
"No se trata de pagar más por el uso de las autovías, sino de pagar menos por el uso de las autopistas sin que ello suponga un perjuicio para las empresas concesionarias, fomentando, por ejemplo, beneficios fiscales para los usuarios de autopistas de peaje", opina Castellanos.
Por otra parte, este posible peaje no sólo afectaría al bolsillo de los particulares que tengan que afrontar este desembolso, sino a toda la economía del país.
"Es una penalización a la movilidad, y por tanto, a la generación de riqueza", explica Castellanos. En Race creen que si este sistema de cobros se aplicara muchos conductores decidirán no desplazarse, y desde el momento en el que no lo hagan "el crecimiento económico del país comenzaría a verse afectado".
El sector transporte sería el mayor damnificado por este posible cobro y Castellanos sostiene que "asumir nuevos costes podría suponer el cierre de muchas empresas".
Otro de los que más lo sufrirían sería el turismo, uno de los principales motores de la economía de nuestro país que acusaría el envite de esta medida como ya lo hizo el de nuestros vecinos portugueses cuando su Ejecutivo decidió cobrar por el uso de toda la red alta capacidad.
Arnaldo destaca que Portugal "ha registrado un 30% menos de usuarios extranjeros en sus autovías" desde entonces y que muchos de los que se han acercado al país vecino han optado por no pagar. Asimismo, otros tantos han buscado otro lugar para pasar sus vacaciones para evitar el trámite que conlleva hacer frente a los peajes.
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