Los carteles informativos de la DGT ya promocionan la medida de bonificación de los peajes para que los camiones de cuatro ejes o más circulen por la AP-6. / P. Merino |
Con algo de retraso respecto a lo previsto y varias modificaciones sobre la idea inicial, la pasada semana entró en vigor el plan de desvío voluntario de tráfico pesado de las carreteras convencionales a las autopistas de telepeaje. Esta medida, que en principio iba a ser obligatoria —lo que levantó mucha controversia tanto entre los transportistas como entre los empresarios de áreas de servicio, talleres y hostelería de los municipios levantados en el entorno de las vías Nacionales—, finalmente se ha puesto en marcha en pruebas en algunos tramos de España, entre ellos el de la autopista AP-6 que une Villalba con Villacastín.
Según los datos del Ministerio de Fomento para elegir este tramo, se podrán beneficiar de esta medida alrededor de 175.000 vehículos. El ahorro de coste estimado por el departamento dirigido por Ana Pastor para este tramo es de 1,14 euros por vehículo y recorrido; además, los transportistas que tomen la alternativa de pago se ahorrarán 17 minutos de conducción con respecto a los 62 estimados para el recorrido por la carretera N-VI, según Fomento.
Sin embargo, estas ventajas que supone a priori tomar la autopista en el tramo de Villacastín-Villalba, para evitar el puerto del Alto del León, parece que no han convencido mucho a los transportistas que viajan por la provincia, puesto que según informaron los alcaldes de los municipios afectados “no se nota” que haya entrado en vigor la bonificación de los peajes.
Así lo asegura, por ejemplo, Jesús Grande, alcalde de Villacastín: “La verdad es que no se nota mucho. No se ha visto ninguna diferencia, ni en el tráfico ni en la gasolinera...”, aunque reconoce que “aún es un poco pronto, lleva poco días en marcha”, por lo que puede que algunos camioneros aún no hayan habilitado los dispositivos de telepeaje necesarios para conseguir la bonificación del 50 por ciento.
En la misma idea redunda Luis Miguel Pérez, regidor de Navas de San Antonio, quien explica que “de momento no se nota mucho, el tráfico sigue igual”, algo que considera positivo, pues es uno de los alcaldes que se mostraba en contra de la obligatoriedad de esta medida, ya que “es una medida para ayudar a las autopistas, que quieren encubrir con el problema del tráfico en la travesía de San Rafael, pero todo esto es para ayudar a las autopistas; porque si hay más tráfico en ellas, hay más dinero y si hay más dinero, lo gana la concesionaria”.
Pero “para los pueblos no es beneficioso”, considera Pérez, porque la hostelería de estos municipios, los talleres y vías de servicio, creados en torno a la N-VI verían reducido su nivel de negocio.
Asimismo, cree que en esta Nacional no hay ningún problema de tráfico, que el paso de vehículos, tanto turismos como camiones, es fluido, al menos por Nava de San Antonio, y afirma que no son los vehículos pesados los que colapsan la travesía de San Rafael, “porque los viernes por la tarde y los fines de semana hay mucho colapso y no suelen circular los camiones”, así que, dice, “habría que buscar otra solución para San Rafael”, pero no es el desvío del tráfico pesado a la autopista.
Por parte de Fomento no quieren dar datos sobre cómo está funcionando el plan piloto, ya que hasta noviembre, fecha en la que acaba el proyecto, aseguran desde el Ministerio que no podrá saberse si la medida ha sido aceptada por los transportistas y positiva para el tráfico en las carreteras de la provincia segoviana. Habrá que esperar hasta entonces para conocer los resultados de este ‘experimento’ que no termina de convencer a casi nadie, según las opiniones recogidas.
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