Anunciaba la nueva Presidenta de la Comunidad de Madrid en su blog el pasado 14 de Julio, que su equipo está cumpliendo con las promesas electorales, y que entre ellas, ya está lista la lanzadera desde Atocha al aeropuerto y que Madrid contará con una variante a la A-1.
Dejando de lado que el ferrocarril de Atocha al aeropuerto ya estaba construido y que por oscuros motivos no desvelados por el anterior ejecutivo no se había puesto en servicio, Cristina Cifuentes tiene la desfachatez de decir que la futura carretera no será de pago, sino de libre acceso para todos los madrileños, sin dejar claro que muy probablemente ésta sea con peaje a la sombra, un sistema que merma ya de por sí las arcas de la hacienda madrileña sin que esto no traiga demasiadas ventajas a la población.
Esta variante parece ser el proyecto estrella de Cristina entre las infraestructuras que se cometerán en la región en los próximos años. Para esto, ya ha establecido contactos con el Ministerio de Fomento y con su colega de partido, Ana Pastor, para encargar el estudio informativo para la construcción de esta carretera alternativa a la A-1.
Cristina Cifuentes debería reconsiderar este proyecto y antes ofrecer otras alternativas a la población del norte de la Comunidad, ya que ha quedado demostrado que el coche no es un medio muy óptimo para los desplazamientos diarios con la ciudad de Madrid. Pero la señora presidenta sólo ha considerado dos variables para la realización de este proyecto. uno, el electoralista, ya que la zona norte de Madrid es una zona de peso en los caladeros de votos del Partido Popular, y por otro la variable económica, sin tener en cuenta ni cuestiones medioambientales ni de confort para la población del norte de la Comunidad de Madrid.
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