El Gobierno tiene "muy avanzado" un acuerdo con los socios de las concesiones y la banca para convertirse en el accionista mayoritario, aunque antes revertirá el concurso de acreedores de cinco de ellas, tal como adelanta hoy Expansión.
El Gobierno tiene ya un plan definido para solucionar el problema de las autopistas de peaje en riesgo de quiebra total y, por tanto, liquidación. La solución pasa por una "nacionalización light". Es decir, por el rescate de las concesiones con problemas, pero de forma pactada con las entidades financieras acreedoras, los socios de las empresas y las constructoras. Las negociaciones están ya "muy avanzadas y por el buen camino para llegar a un acuerdo", según desvelan fuentes gubernamentales a Expansión.
El departamento que capitanea Ana Pastor está trabajando contra el reloj, ya que la solución ha de estar lista "antes de abril", ya que, por entonces, "la autopista de peaje Madrid-Toledo (AP-41) entraría en liquidación y revertiría al Estado", tal como adelantó este diario el 11 de febrero.
Y si los peajes entran en liquidación y, por tanto, revierten de golpe y de forma "dura" en el Estado, el mercado de la concesión de carreteras se cerraría a cal y canto durante años, como ocurrió en México (década y media de sequía). Un problema doble para el Gobierno, que estudia licitar "dos o tres" proyectos concesionales a corto plazo.
El Gobierno tiene ya un plan definido para solucionar el problema de las autopistas de peaje en riesgo de quiebra total y, por tanto, liquidación. La solución pasa por una "nacionalización light". Es decir, por el rescate de las concesiones con problemas, pero de forma pactada con las entidades financieras acreedoras, los socios de las empresas y las constructoras. Las negociaciones están ya "muy avanzadas y por el buen camino para llegar a un acuerdo", según desvelan fuentes gubernamentales a Expansión.
El departamento que capitanea Ana Pastor está trabajando contra el reloj, ya que la solución ha de estar lista "antes de abril", ya que, por entonces, "la autopista de peaje Madrid-Toledo (AP-41) entraría en liquidación y revertiría al Estado", tal como adelantó este diario el 11 de febrero.
Y si los peajes entran en liquidación y, por tanto, revierten de golpe y de forma "dura" en el Estado, el mercado de la concesión de carreteras se cerraría a cal y canto durante años, como ocurrió en México (década y media de sequía). Un problema doble para el Gobierno, que estudia licitar "dos o tres" proyectos concesionales a corto plazo.
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