El tráfico en la AP-2 ha caído a niveles de 1990 y se queda al 25% de su potencial de uso, según un estudio de la coordinadora de entidades de Lleida y Tarragona para el rescate del peaje de la AP-2, formada por el Colectivo Conca 22 y el Ateneo Popular Garriguenc.
Esta coordinadora ha difundido hoy los resultados de tráfico durante el año 2012 del tramo Lleida-Montblanc, que indican que ha sido la que ha presentado la disminución más fuerte, dejándola a niveles de 1990, con poco más de 10.000 vehículos al día y, por lo tanto, a un 25% de su potencial, siendo así la autopista de concesión estatal que más ha bajado en Cataluña.
Según la coordinadora, esto refuerza la tesis de que la construcción de una autovía de cuatro carriles que tiene una capacidad para 40.000 vehículos más supondría un derroche, atendiendo a los 10.000 vehículos que diariamente utilizan ahora la carretera N-240.
El traspaso del flujo actual de la carretera a la autopista haría pasar del 25% hasta el 50% el potencial de uso de esta vía, y serviría para habilitar una salida de las producciones agroalimentarias de las comarcas de Lleida de forma automática, señala la coordinadora, para la que esta solución no destrozaría el territorio y tendría un coste casi tres veces inferior.
Hace ocho meses estas entidades presentaron un estudio económico comparativo entre la construcción del tramo Montblanc-Lleida de la autovía A-27 y la liberación del peaje del AP-2 en los 58 kilómetros del tramo que ponía de relieve que el coste de construcción de la autovía es de 305,4 millones, frente a los 129 millones del rescate del peaje a fecha de 2012.
Esto en unas condiciones de la autopista infrautilizada ya entonces y en condiciones de absorber sobradamente el tráfico actual y futuro de la N-240.
El estudio también establecía que una autopista libre de peajes aumentaría la seguridad viaria tan precaria en algunos tramos de la carretera N-240.
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