jueves, 7 de febrero de 2013

Seis



Seis. Parece poco o mucho, dependiendo de lo que se hable. Pero van seis. Son seis las autopistas de peaje que ya se acogen a suspensión de pagos en el periodo 2012-2013. Cayó la Radial R-4, luego las R-3 y R-5, posteriormente la AP-41 Madrid-Toledo, y la penúltima la AP-36. Y ahora la AP-7 en su tramo Cartagena-Vera con una deuda de 550 millones de euros. Ya hablamos aquí de los problemas que presentaba esta autopista y de su quiebra al ser diseñada para recoger el tráfico que generarían unas ampliaciones urbanísticas en la costa del Sur de Murcia que nunca se dieron.

Incluso algún diario, queriendo hacer la gracia de asimilar esto a una canción, tituló la noticia como “Mariana de Cope mata a la autopista”.  La autopista Cartagena-Vera como ya explicamos, basó sus expectativas de negocio en el crecimiento de urbanizaciones costeras, en especial de la urbanización de Marina de Cope (una zona de especial protección) y en el desarrollo turístico de la franja litoral comprendida entre Cartagena y el límite con Almería.

La empresa concesionaria, Aucosta, participada por por Globalvía (grupo de infraestructuras de FCC y Bankia), Ploder y las antiguas Cajamar, Unicaja y CAM, confió en captar una media de tráfico de entre 5.500 a 9.900 vehículos diarios. Pero tras el estallido de la burbuja inmobiliaria y la anulación por el Tribunal Constitucional de parte de un artículo de la Ley de Suelo de la Región de Murcia por la que se querían desproteger hasta 11.000 hectáreas de costa virgen para urbanizarlas hicieron que la media de vehículos pasara de unos 4000 vehículos diarios en agosto de 2007 a unos cientos en 2012.

Como expresaba la noticia, la gran urbanización de Marina de Cope que esperaba hasta unas 20.000 plazas hoteleras y que iba a darle vida a la autopista ha sido, por ahora, su 'verdugo'. Aunque yo prefiero pensar que la que ha ganado ha sido la razón y la lucha por el medio ambiente frente al ladrillo y a la destrucción de los espacios naturales.

Y sin entrar en los pormenores de como se ha ido gestando la quiebra de esta autopista, que casi puede extrapolarse a las de las demás, nos toca preguntarnos ¿y ahora qué?

El concurso de acreedores no afecta al funcionamiento de la autopista, ya que en la mayoría de los casos, y junto con las ayudas del estado, se pueden cubrir de momento los de explotación y mantenimiento, pero no se registran beneficios económicos, que es lo que a toda empresa de capital privado le interesa.  Aunque, estas “pérdidas” afectan de otra manera a las empresas, como la reciente caída del 6% de la gran cosntructora FFC por la quiebra de la autopistaCartagena-vera.

El Ministerio de Fomento, que anunció una reforma del sistema de concesión de autopistas para evitar las quiebras pero que aún no se ha hecho efectiva, tiene establecidas dos tipos de ayudas para las autopistas de peaje que actualmente afrontan problemas económicos y financieros. Por un lado se trata de las cuentas de compensación, con las que buscan paliar la caída del tráfico, o más bien, el no haber alcanzado nunca la cota para la que fueron proyectadas, y por otro la de los préstamos participativos, que tratan de compensar el impacto de las expropiaciones. ¿Y de dónde sale ese dinero? Pues mire su nómina (si es que aun la tiene) o mire su cuenta bancaria y tendrá la respuesta. Lo que las empresas concesionarias no ganan, lo paga usted.

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