En la TF-5, más conocida como Autopista del Norte de Tenerife, alguien (muchos dicen saber quién, pero yo prefiero seguir en mi estado de ignorancia) coloca un gran cartel con una sola frase enorme que pueden leer los conductores que se dirigen a La Laguna. Son frases anónimas relacionadas con temas de actualidad a veces, con sentimientos otras, con sugerencias, críticas…
Desde el principio me pareció una idea brillante que buscaba cada vez que venía del norte y que ahora, incluso, sigo por redes sociales para no perderme ninguna. A veces me dicen poco o nada, otras me hacen sonreir o acongojarme, pero en algunas ocasiones tengo la impresión de que me las dedican, de que saben exáctamente lo que estoy pensando o por lo que estoy pasando y el corazón me da un pequeño vuelco sin poder evitarlo.
La de esta semana, definitivamente, me ha llevado a no postergar más una entrada que quería escribir desde hace tiempo para darle las gracias al autor de algunas de mis sonrisas, de unas pocas de mis tristezas y de muchas de mis reflexiones.
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