Hoy la empresa "Las Vegas Sands" ha dado a conocer la ubicación definitiva del macrocomplejo de hoteles, centros de convenciones y casinos Eurovegas. Un espacio de 750 hectáreas situado en la zona este del municipio madrileño de Alcorcón en donde antes de que estallara la burbuja inmobiliaria se iban a construir hasta 30.000 viviendas y que el Tribunal Supremo de Madrid desestimó por ser terrenos rurales.
Por supuesto, aquí no voy a hablar sobre las repercusiones que la construcción de este proyecto puede producir en el tejido social y laboral de la Comunidad de Madrid, ni en la atracción de tramas mafiosas y de corrupción en la que este lugar se pueden cobijar, ni tan siquiera en el extraño interés que Esperanza Aguirre e Ignacio González tienen en que se ubicara en Madrid, ni tan siquiera en que la Comunidad de Madrid se salte a la torera leyes y además aporte dinero mientras a los ciudadanos se les recorta en servicios públicos y derechos. Aquí vamos a hablar en la repercusión que esto tendrá en la movilidad de los ciudadanos del suroeste de Madrid.
Está claro que si el complejo, que tendrá unos 17.000 millones de euros de inversión, tiene el éxito que tanto el gobierno de la Comunidad de Madrid como el Sr. Adelson pronostican, provocará en la A-5 y en las ya de por sí colapsadas M-40 y M-50 en el arco sur-oeste una mayor densidad de vehículos, lo que no sólo producirá molestias a los ciudadanos, aumentando los atascos, sino que además traerá más futuros proyectos por parte de la comunidad de nuevas vías rápidas y de doble calzada, lo cual, repercutirá en un mayor endeudamiento para el mantenimiento de estas vías, y como ya hablamos, a más carreteras, más atascos.
O, si se diera el caso ¿no recuperaría la Comunidad de Madrid el proyecto de poner peajes a las carreteras públicas para mantenerlas?
Pero es que además, esto más que enriquecer a los ciudadanos, seguramente, les endeude aún más. Ya no es sólo público que grandes, endeudadas y rescatadas con dinero público entidades bancarias están metidas en este proyecto, sino que, además cuenta con financiación pública, como en su momento lo fueron las radiales o el parque de atracciones en riesgo de quiebra, el Parque Warner. La Comunidad tuvo que quedarse con la gestión de dicho parque de atracciones y el 2012 significó la suspensión del tren de Cercanías, pero que significó un negocio redondo para quien vendió el proyecto a Esperanza Aguirre. Y si hacemos una traslación, si ya la línea de cercanías y la red de infraestructuras públicas para este parque han sido un verdadero agujero negro para el dinero del ciudadano, ¿por qué no lo va a ser el proyecto de Eurovegas?
Y no me olvido de una de las condiciones del Sr. Adelson para poder ubicar su Eurovegas, el tener cerca un aeropuerto. En este caso, la localización en Alcorcón, significará el que la Comunidad de Madrid dé el empujón al futuro aeródromo privado en El Álamo, con las consiguientes infraestructuras que un servicio así necesitará.
En España nos estamos acostumbrando a que parezca oro todo lo que los políticos hagan relucir y que el dinero provenga sólo de la construcción. Eurovegas significa seguir apostando por un modelo productivo ya de por sí agotado y del que aun pasarán muchos años hasta que lo demos por pagado. Eurovegas significa no apostar por nuevos modelos, por I+D+i, por no salir de esta estafa, por un modelo democrático en el que no se tiene en cuenta al ciudadano.
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