El efecto negativo del peaje en la A-28, la autovía que enlaza Galicia con Oporto, supera las previsiones de sus mayores detractores. Hace días FARO se hacía eco de que el vial había perdido durante la primera mitad del año 12.000 coches diarios con respecto al mismo período de 2010, último año sin el polémico gravamen. En junio por ejemplo, último mes documentado de forma oficial, circularon por su asfalto 73.557 coches menos que solo 12 meses antes.
Al compararlo con los resultados cosechados con el resto de los viales del país, el dato arroja sin embargo una lectura aún más alarmante. A pesar de que la A-28 soporta el peaje desde octubre de 2010 -fue de las primeras donde entraron en funcionamiento los pórticos-, su caída de demanda está por encima de la media estatal. Según los datos oficiales de Portugal en junio su red de autovías perdió 500 coches diarios (un 3,4%). La caída en la A-28 superó esa marca, sin embargo, al contraerse un 3,5%. Hay otra comparación llamativa: el dato de la autovía que conecta la frontera del Miño con Oporto perdió ese mes más incluso que la A-22, en el Algarve, sujeta a gravamen desde diciembre de 2011. En junio ese vial no registró caída de usuarios y, en mayo, apenas se contrajo un 1,5%.
En conjunto las siete antiguas Scut -autovías sin coste para el usuario- perdieron en el arranque del año 6.700 vehículos diarios en el segundo trimestre del año. Tras los números se esconden unas consecuencias negativas para la economía de la Eurorregión de las que sus responsables -políticos, empresarios y usuarios- llevan años alertando. Una de las primeras voces de alarma la lanzó el alcalde de Viana do Castelo, José María Costa, al alertar de que su localidad había visto, en cuestión de meses, cómo cerraban 60 restaurantes. Hosteleros de ambos lados de la raia confirman la sangría del flujode turista entre ambos países.
La pérdida de usuarios en la A-28 coincide, curiosamente, con la aplicación en mayo de la esperada "interoperabilidad", que permite emplear el OBE español de NCG o Ressa en las autovías de telepeaje de Portugal.
Faro de Vigo.es 18/08/2013
Al compararlo con los resultados cosechados con el resto de los viales del país, el dato arroja sin embargo una lectura aún más alarmante. A pesar de que la A-28 soporta el peaje desde octubre de 2010 -fue de las primeras donde entraron en funcionamiento los pórticos-, su caída de demanda está por encima de la media estatal. Según los datos oficiales de Portugal en junio su red de autovías perdió 500 coches diarios (un 3,4%). La caída en la A-28 superó esa marca, sin embargo, al contraerse un 3,5%. Hay otra comparación llamativa: el dato de la autovía que conecta la frontera del Miño con Oporto perdió ese mes más incluso que la A-22, en el Algarve, sujeta a gravamen desde diciembre de 2011. En junio ese vial no registró caída de usuarios y, en mayo, apenas se contrajo un 1,5%.
En conjunto las siete antiguas Scut -autovías sin coste para el usuario- perdieron en el arranque del año 6.700 vehículos diarios en el segundo trimestre del año. Tras los números se esconden unas consecuencias negativas para la economía de la Eurorregión de las que sus responsables -políticos, empresarios y usuarios- llevan años alertando. Una de las primeras voces de alarma la lanzó el alcalde de Viana do Castelo, José María Costa, al alertar de que su localidad había visto, en cuestión de meses, cómo cerraban 60 restaurantes. Hosteleros de ambos lados de la raia confirman la sangría del flujode turista entre ambos países.
La pérdida de usuarios en la A-28 coincide, curiosamente, con la aplicación en mayo de la esperada "interoperabilidad", que permite emplear el OBE español de NCG o Ressa en las autovías de telepeaje de Portugal.
Faro de Vigo.es 18/08/2013
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