“Entre una carretera y una autopista de pago, yo
escojo la de pago”, con esta rotundidad habla en una entrevista María Seguí, actual
directora de la Dirección General de Tráfico en una entrevista que concede a ElPaís.
A esto, habría que hacer una
réplica y decir “Usted ya paga por conducir”. No sólo con impuestos indirectos
en el carburante, sino con tasas como el Impuesto de circulación. Quizás la
directora de la DGT quería haber dicho, entre una carretera costeada con mis
impuestos a una carretera costeada con lo que los usuarios pagan por usarla,
escojo la segunda. Esto estaría más en línea del actual gobierno.
María Seguí se excusa en que
así se viaja en vías “más seguras” y se puede escoger entre pagar o ir en
transporte Público. Eso está muy bien, Sra. Seguí, siempre que la
administración vele por fomentar el transporte público, caso que tal como vemos
hoy mismo, eso es lo contrario que, por ejemplo, está haciendo la Comunidad de
Madrid, subiendo los precios del transporte.
Por otro lado, nos quedamos
con una frase que en una entrevista que se ha hecho al Secretario de Estado de
Infraestructuras, Alberto Catalá, adelanta: "El usuario pagará por el
mantenimiento de las autovías".
Entonces, ¿En qué quedamos? ¿Tengo
la oportunidad de viajar por una carretera construida y mantenida por mis
impuestos o, además de pagar impuestos, debo pagar, o mejor dicho repagar por usar una autovía o
autopista, sea esta de ámbito público o privado?
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