El plan que había esbozado el Ministerio de Fomento para reflotar las ruinosas autopistas de nueva generación duerme en algún cajón del edificio del Paseo de la Castellana de Madrid, archivado por falta de fondos. Como tampoco hay dinero y el tráfico en las vías de peaje está cayendo hasta situarse en niveles de hace dieciséis años las autopistas que estaban al borde del precipicio financiero han empezado a caer al abismo. El proceso se ha acelerado este mes de septiembre y en apenas tres meses se han declarado insolventes o en el estadio previo, el preconcurso de acreedores, cinco tramos de pago. Primero fue la Madrid-Toledo, después las radiales de Madrid 3 y 5, el otro día la Radial 4 de la capital y esta semana la vía de gran capacidad que une las localidades de Cartagena y Vera.
De ese grupo de vía de nueva generación, solo mantienen su solvencia la Radial 2 de Madrid y el acceso de pago al aeropuerto de Barajas. Y es muy probable que ambas sigan el mismo camino que las otras cinco. Es más, la autopista que une Madrid y Guadalajara tiene en vigor un acuerdo con la banca acreedora para dar tiempo a la búsqueda de una solución, pero esta cláusula de ‘stand still' vence en enero y es muy probable que en ese momento se precipite la insolvencia. El acceso a Barajas, controlado por OHL, no está en mejor situación. En definitiva, accionistas y banca acreedora han tirado la toalla y amenazan, con la venia del juez, con traspasarle al Estado, responsable patrimonial último de estos proyectos, un agujero que oscila entre los 3.000 y los 4000 millones de euros.
Fomento planeaba como posibles vías de solución a un problema que dura ya diez años facilitar fusiones entre concesiones maduras y autopistas inviables, entregar ayudas a través de cuentas de compensación por caída de la demanda, comprar directamente las que estuvieran en peor situación a través de una sociedad estatal y establecer el pago por uso en todas las autovías, una medida impopular pero que equilibraría la desventaja que ahora tienen los peajes respecto a vías de gran capacidad que discurren en paralelo y son gratuitas.
Pero Bruselas no permite deslices con el déficit así que lo único que se ha puesto en marcha son las cuentas de compensación y los préstamos participativos para financiar el exceso de coste de las expropiaciones. Medidas paliativas que las estrecheces presupuestarias han desbaratado en parte. Así, las ayudas por caída de tráfico no se estén abonando. Los responsables de las radiales 3 y 5 han denunciado que tienen pendientes de cobro partidas de hace un año.
Los mensajes que lanza el Ministerio de Fomento son bastante indicativos: no hay margen de maniobra. El secretario de Estado de Infraestructuras y Transportes, Rafael Catalá asegura que su departamento ha puesto a disposición de las autopistas de peaje en quiebra "las únicas herramientas con que se puede ayudar" El 'número dos' de Fomento se refiere a las cuentas de compensación y los préstamos participativos.
Catalá considera que estas vías afrontan un "problema estructural, como es la caída de los tráficos", y que por tanto la solución a su situación pasa por la recuperación del número de usuarios. Algo de momento impensable si tenemos en cuenta la caída de la movilidad general en España, los precios de los combustibles en máximos y las subidas de impuestos, como la del IVA.
Tampoco hay que olvidar el impacto que ha tenido y puede tener la decisión del Gobierno de recortar las subvenciones que pagaba a las autopistas de peaje más antiguas, que impacta en los grandes grupos del sector. Una medida destinada a reducir el déficit público y que ha provocado que las concesionarias hayan optado por subir los precios en la mima cuantía que las ayudas que han dejado de cobrar: el 7,5%. El incremento que se ha sumado al habitual de primeros de año, fijado por ley y que se determina en función del IPC y otras variables. La revisión para este ejercicio había sido del 3,2%.
El resultado es que el tráfico evoluciona mal. Entre enero y marzo, la red de autopistas de peaje de España registró un descenso del 8,2% en comparación con el mismo periodo de 2011, hasta situarse en una media de 14.483 vehículos diarios, lo que supone el mínimo de los últimos catorce años y retrotrae al sector a niveles de 1998.
Todo apunta a que en el segundo semestre la tónica ha sido similar. En el tercero, con la subida adicional ya en vigor, la retracción del tráfico en las vías de pago ha aumentado respecto al periodo estival anterior, sobre todo por parte de los usuarios españoles, según fuentes del sector. El rescate de las autopistas de nueva generación está cada vez más cerca.
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