sábado, 22 de septiembre de 2012

El lastre del Ministerio de Fomento


Con un pasivo de unos 3.000 millones de euros y una caída constante del tráfico, las autopistas de peaje se han vuelto un lastre demasiado pesado para el Ministerio de Fomento que ve cada día más difícil su rescate. Así, en recientes declaraciones, el secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda, aseguró que mientras no se recupere el tráfico de las autopistas de peaje las alternativas para su rescate son difíciles y es que las cuentas de compensación y los préstamos participativos son las únicas herramientas con las que se puede ayudar de manera financiera a las compañías que operan las autopistas de peaje que atraviesan problemas económicos pero que sin  seguridad de que dichos préstamos se devuelvan, poco puede poner en riesgo el Ministerio de Ana Pastor que este año ha visto muy reducido su presupuesto y que lo verá aún más el próximo 2013, según todos los indicadores.
Y mientras, las empresas concesionarias van hundiéndose poco a poco; Si hace unos meses fue la AP-41 Madrid-Toledo la que presentaba concurso de acreedores, este mes de septiembre lo ha hecho la R-4 Madrid-Ocaña y hace unos días las Radiales R-3 y R-5. Y no serán las únicas, pues entre el resto de vías que afrontan un riesgo de quiebra figuran la autopista que une Madrid con el aeropuerto de Barajas, la Cartagena-Vera, la R-2, o la circunvalación de Alicante.
Lo peor de todo es que todas las concesionarias están participadas por grandes grupos constructores y entidades financieras, que con estas pérdidas, arrastran un poco más la economía española hacia el abismo.
¿La solución? Posiblemente la única, la nacionalización, pues mal nos pese, el estado es la responsable subsidiaria de estas infraestructuras. Mejor pagarlas entre todos y que pasen a ser públicas a estar entregando dinero a las concesionarias y que caigan en saco roto.

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