viernes, 11 de mayo de 2012

Dicen que hemos conducido por encima de nuestras posibilidades


Es bastante frustrante ver como la clase política, ya sean de un color o de otro, un día digan una cosa, y al instante, digan y hagan lo contrario, y además, te hagan creer que lo que tú crees haber oído en un principio ha sido un error, una confusión o simplemente una artimaña del grupo político contrario que quiere hacerte creer lo contrario de lo que han dicho. Vamos, que la realidad se parece cada día más a la obra de George Orwell, 1984.
Ahora, el gobierno, después de subirnos varios impuestos, pese a prometer que no lo iban a hacer, a recortar servicios públicos, pese a prometer que no lo iban a hacer, a privatizar empresas públicas, pese a prometer que no lo iban a hacer y a dar dinero público a los bancos, pese a prometer que no lo iban a hacer, nos vienen con el cuento del pago de peajes en carreteras públicas que hemos pagado entre todos.
Y es que según el ejecutivo, cuesta mucho mantener la red viaria competencia del estado. Y nosotros nos preguntamos ¿Qué red? ¿La que ellos han querido que tengamos? En los últimos veinte años, el partido socialista y el partido popular dicidieron vertebrar el estado a través de una red de carreteras y autovías que fomentaran la comunicación, el transporte y la economía, olvidándose de otros medios. No vamos a entrar aquí en el debate si el transporte, la comunicación o el comercio es mejor o no por un medio u otro, pero si que es cierto que se desarrolló un modelo que a día de hoy se ha mostrado totalmente insostenible económico y medioambiental, porque, no sólo las Autopistas de peaje han visto reducida su tasa de tráfico, sino que también las carreteras públicas lo han visto reducido.
Ahora bien, el estado pretende cobrar peajes a los usarios de las autovías, autopistas y vías rápidas públicas, pero sin embargo, rescatará con dinero público las autopistas de peaje privadas. Incoherente.
Hoy mismo ha caido la primera pieza del dominó, la AP-41, la autopista de peaje Madrid-Toledo, se ha declarado ante los juzgados de Albacete, en quiebra. Y esto hará caer a las demás.
Isolux, Comsa, Azvi y Sando, accionistas de esta autopista (AP-41), no han soportado más la carga de una infraestructura sin tráfico y proyectada de manera ineficaz y sin visión. La concesionaria ha pedido concurso con una losa de 530 millones: 380 millones en deuda bancaria y 150 millones en expropiaciones por pagar. La responsabilidad patrimonial de la Administración central, en caso de insolvencia, es de 350 millones: 295 millones cubren las obras y otros 55 millones las expropiaciones, y que pagaremos entre todos.
El sector concesional y la banca que le ha prestado financiación temen que  esta primera quiebra arrastre a una al resto de autopistas en pésimo estado financiero, como la M-12 que da acceso a Barajas, o la Cartagena-Vera,  al concurso de acreedores.
Pero, con respecto a este caso, lo más gracioso es que la autopista, cuyo proyecto fue aprobado durante la última legislatura de Jose María Aznar, ha tenido dos alternativas sin peaje, la A-42 y la M-407 (desdoblada por Esperanza Aguirre hasta Griñon). Es decir, un par de opciones, que obviamente han sido más usadas que la autopista. Por lo que ahora ¿de qué se quejan?
Dicen que hemos conducido por encima de nuestras posibilidades, pero yo prefiero decir que han gastado por encima de sus posibilidades…y los que pagamos ahora somos nosotros.

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