A estas alturas de la legislatura del gobierno regional de la Comunidad de Madrid, a nadie le sorprende que primero Esperanza Aguirre, y después su lacayo, Ignacio González, se rían en la cara de todos los madrileños. Si primero fueron las propuestas de cierre de la M-50 o la construcción de la Radial R-1 ó RM-1, después han sido los recortes drásticos en Sanidad, educación, servicios sociales, etc, (sin mencionar los numerosos casos de corrupción que salpican a sendas caras del PP: Gürtel, Ático en Marbella, puertas giratorias de la administración pública a empresas de gestión privada con contratos públicos, etc), ahora va Ignacio González y no ya, no sólo vende Eurovegas como el proyecto que sacará a Madrid de su estancamiento económico, sino, que para darle grandeza, decide desenterrar una vieja idea que es la de construir un gran aeródromo al sur de la comunidad.
Y como de promesas y mentiras va la cosa, el no-electo presidente de la comunidad dice que mientras duren los trabajos de planificación y construcción se generarán hasta 15.000 empleos en la región, con una inversión privada de más de 230 millones de euros que tendrá que realizar la empresa concesionaria a la que se le adjudique por concurso público la creación de esta nueva infraestructura. ¿Nos suena de algo?
El no-electo presidente se jacta que el nuevo aeródromo, privado, por supuesto, generaría hasta 6.000 empleos directos e indirectos en sus primeros años y una riqueza de 600 millones para la economía regional, llegando a 12.000 y más de 1.000 millones a los 20 años de su apertura, plazo en el que se irá incrementado el número de vuelos desde los 50.000 hasta superar los 100.000 vuelos anuales. Hagan sus cuentas, pero con sólo ver aeródromos como el de Ciudad Real, el de Castellón o el de Murcia, a mí me entra la risa.
Pero, sin irnos del tema, este aeródromo tiene en el proyecto conexiones a la M-404, a la A-5 y a la (¡Sorpresa, sorpresa!) quebrada R-5. ¿Será este un balón de oxígeno que el despilfarrador Partido Popular quiere dar al menos a esta Radial para evitar así que el tema del rescate de las autopistas le acabe explotando en la cara?
El no-electo presidente se jacta que el nuevo aeródromo, privado, por supuesto, generaría hasta 6.000 empleos directos e indirectos en sus primeros años y una riqueza de 600 millones para la economía regional, llegando a 12.000 y más de 1.000 millones a los 20 años de su apertura, plazo en el que se irá incrementado el número de vuelos desde los 50.000 hasta superar los 100.000 vuelos anuales. Hagan sus cuentas, pero con sólo ver aeródromos como el de Ciudad Real, el de Castellón o el de Murcia, a mí me entra la risa.
Pero, sin irnos del tema, este aeródromo tiene en el proyecto conexiones a la M-404, a la A-5 y a la (¡Sorpresa, sorpresa!) quebrada R-5. ¿Será este un balón de oxígeno que el despilfarrador Partido Popular quiere dar al menos a esta Radial para evitar así que el tema del rescate de las autopistas le acabe explotando en la cara?
Y no se vayan a creer que el localizar un aeródromo a 50 km de la capital es capricho, según ha informado la Comunida de Madrid es por, dicen, controlar la contaminación acústica, pese a que la zona elegida para la construcción del aeródromo ya cuenta con vías como la A-5 o la R-5 grandes creadoras de contaminación acústuca, y es considerada a efectos acústico como una zona residencial. ¡Muy raro! ¿verdad?
Además, es extraña esta localización cuando a pocos kilómetros se encuentra el Aeródromo de Casarrubios, en Toledo, que cubriría la hipotética demanda que declara Ignacio González tendría este nuevo aeródromo, pero este, que seguro que ya se esperaba esta pregunta, responde que “no tiene nada que ver” ya que “es un aeródromo privado explotado por una empresa, no tenemos contacto ni relación con él”. ¿No parece esto una operación para la revalorización de algunas tierras de algún que otro cacique de la zona (¡Váyanse ustedes a saber si es así!)?
En realidad, pese a la negación del no-electo, el asunto es principalmente el tener un acceso directo por aire con el proyecto Eurovegas, ya que todos conocemos que esta era una de las principales exigencias de Sheldon Adelson.
En realidad, pese a la negación del no-electo, el asunto es principalmente el tener un acceso directo por aire con el proyecto Eurovegas, ya que todos conocemos que esta era una de las principales exigencias de Sheldon Adelson.
Pero para rizar más el rizo, la comunidad de Madrid indica que esta infraestructura se desarrollará con financiación privada de unos 230 millones de euros a través de un sistema de licitación pública de concurrencia y en régimen de concesión, “por lo que no tendrá coste para los madrileños”, ha añadido Ignacio González...esto nos suena, como las autopistas radiales ¿verdad? Y dicha concesión, según ha aclarado, será de 40 años.
Seguro que en unos años, nos toca pagarla entre todos mientras el Sr. González disfruta, sin pagar su responsabilidad, en su ático marbellí.
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