Un informe muncipal revela una caída del tráfico de vehículos de hasta el 6% en Centro; la circulación en la M-40 ha bajado un 2,1%, mientras que en la M-30 subió un 0,5%.
La crisis económica también viaja sobre ruedas; es decir, cada vez son menos los vehículos privados que circulan cada día por la ciudad de Madrid y sus principales cinturones. Los ciudadanos, acuciados por la recesión y por el desempleo, «aparcan» sus vehículos que acumulan polvo y más polvo, no sólo en los garajes particulares sino en la vía pública.
Así, en tan sólo un año, ha habido una media diaria de 62.545 cochesmenos transitando por las calles de la ciudad (-2,5%), que ha tenido una intensidad media cada jornada de 2.388.351 vehículos, frente a los 2.450.896 al ejercicio anterior, lo que se traduce en una mejora sustancial de la movilidad, y, por consiguiente, en la disminución de los embotellamientos, tanto en el interior como en los accesos a la capital. Así consta en el último Estudio de Movilidad realizado por el Ayuntamiento de Madrid, al que ha tenido acceso ABC.
Un ejemplo de ello es la avenida de América, uno de los puntos calientes en cuanto a atascos se refiere por ser una de las principales vías de distribución, en donde la fluidez es la tónica... pese a las obras. Lo mismo sucede en la Plaza Castilla y sus inmediaciones, Cuatro Caminos, la Cuesta de San Vicente o el eje de O’Donnell, habituales embudos en las horas puntas que, en los últimos tiempos, cada vez son menos y más cortas.
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