domingo, 6 de abril de 2014

Una esperanza para la N-332

J. RIBES
Atravesar la N-332 a su paso por el sur de la Safor es un infierno. Un caos. Las colas que se forman, sobre todo en verano con la avalancha de turistas, desquician a cualquier conductor. En ocasiones, es más rápido llegar desde Gandia a Valencia que desde Gandia a Oliva. La carretera transcurre por los cascos urbanos de los municipios de Bellreguard, Palmera, l'Alqueria de la Comtessa y Oliva. Los vecinos están hartos del ruido y del intenso tráfico que se genera. Cada vez reside menos gente en las viviendas de la zona y las fachadas se han vuelto grises por la contaminación.

Los últimos datos registrados en 2012 señalan que por esta infraestructura viaria circulan 19.785 automóviles al día, de los cuales, 2.000 son vehículos pesados.

Los alcaldes de las poblaciones afectadas llevan décadas reivindicando ante el Ministerio de Fomento que la carretera nacional no discurra por dentro de las localidades o que se busquen soluciones para atajar la carga circulatoria.

Después de tanto tiempo, tantas reuniones y promesas incumplidas, la esperanza llegó esta semana. Pese a que el secretario general de Infraestructuras, Manuel Miño, dio al alcalde de Oliva, Salvador Fuster, una mala noticia, que la variante comarcal queda completamente descartada porque no se puede hacer frente a los 153 millones de euros que cuesta, le compensó con diferentes alternativas.

A corto plazo, en aproximadamente un año, se procederá a desvíar los camiones por la autopista A-7. Además, el representante ministerial manifestó que se está avanzando en la creación de una salida en el acceso sur a la autopista. Este enlace permitirá en dos años la entrada a los polígonos industriales y a las urbanizaciones de la playa de Oliva. A largo plazo, para 2019, el ministerio pretende no renovar la concesión de dicha autopista, con lo que será libre de peaje. Estas opciones supondrán un claro alivio para la N-332.

La reunión la mantuvo el representante del ministerio de Fomento con el alcalde de Oliva, Salvador Fuster, y los portavoces políticos Ana Morell, David González, Blai Peiró, Pepe Salazar y Chelo Escrivá, quienes quedaron satisfechos por los resultados.

Ahora bien, se muestran prudentes, ya que desean que se cumplan los plazos establecidos. «Nos han descartado la variante de la Safor, pero no volvemos con las manos vacías; hay ciertos avances», destacó el portavoz de Compromís de Oliva, David González. Las autoridades de Bellreguard y Palmera también aplauden estos compromisos porque desatascarán la carretera.

Quien no lo tiene tan claro es el alcalde de l'Alqueria, el socialista Voro Femenía, quien se mostró escéptico. «No me creo nada, y menos que no se vaya a prorrogar la concesión de la A-7. Lo que están haciendo es darnos largas constantemente para que no insistamos en reivindicar una ronda comarcal o en que la autopista sea gratis».

Los alcaldes del sur siempre han mostrado unidad a la hora de exigir una actuación que palíe la congestión en la N-332, independientemente del color político. Han ido juntos a Madrid, han salido a la calle con pancartas y han reivindicado al unísono. Sin embargo, la reunión del jueves entre el secretario de Infraestructuras y la delegación olivense culminó con polémica.

Los alcaldes de Bellreguard y Palmera se mostraron molestos con el primer edil de Oliva porque, por primera vez, ni les avisó ni les informó de que tenía una cita en Fomento para abordar estos temas tan importantes para las localidades del sur de la Safor. El dirigente socialista de Oliva se disculpó, pero aseguró que la visita sólo se la concedió a él y a los portavoces políticos. Lejos de discrepancias, los vecinos sólo quieren que las autoridades sigan luchando por minimizar el impacto en la N-332.

Las Provincias.es 23/03/2014

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