jueves, 30 de julio de 2015

Fomento estudia concentrar a los camiones en 24 tramos de autopistas

La evolución de la red viaria en las últimas décadas ha provocado que muchas carreteras generales se conviertan en autovías con los desvíos pertinentes en los pueblos o creando nuevas autopistas. El hecho de que estas vías de gran capacidad sean de pago ha ocasionado que los usuarios más comunes de las carretas, los transportistas, sigan usando estas vías de doble sentido. Ahora el objetivo es que los pesos pesados viajen por las carreteras con doble carril.

Para convencer al sector, nada mejor que el aspecto económico: una rebaja del 50% en el precio del peaje. «Los datos ofrecidos hace poco por la DGT demuestran que hay un estancamiento en la rebaja de los accidentes. Si queremos mejorar, tenemos que proponer medidas nuevas», explica Miquel Nadal, director de la Fundación Real Automóvil Club de Cataluña (RACC). El Ministerio de Fomento aprobó un esbozo con 16 tramos donde conviven en paralelo las carreteras nacionales y las autopistas, aunque a comienzos de julio solo comenzó a funcionar en seis.

Una decisión que provocó el enfado de las asociación de transportistas al no entender este recorte del Ejecutivo. Ahora, el RACC quiere que el Ministerio extienda el programa piloto a los diez tramos que en primer momento estaban en la lista y añada otros ocho que ha estudiado el club para mejorar la circulación de las carreteras convencionales. Estarían afectados 1.838 kilómetros de vías convencionales y 2.050 kilómetros de carreteras de gran capacidad. El secretario general de Infraestructuras del Ministerio de Fomento, Manuel Niño, no descartó «aplicar» estas ideas cuando acaben los cinco meses de prueba y contentar, así, al sector.

El estudio asegura que se podrían llegar a salvar hasta 79 vidas por accidentes y evitar 214 heridos graves cada año. También asevera que en los tramos propuestos, el tráfico de camiones se divide casi a la mitad, pero tres de cada cuatro víctimas mortales y graves con vehículos pesados involucrados padecen su siniestro en carreteras convencionales. En 2013, el riesgo medio de sufrir un accidente en carreteras de doble sentido era 2,5 veces el riesgo correspondiente en una autovía o en una autopista.

Esta propuesta, según Nadal, también va a permitir hacer un «uso eficiente» de la red viaria española, que ha sufrido un cambio por culpa de la crisis. El RACC asegura que el tráfico en las autopistas ha descendido, desde 2007, en un 32%; mientras que en las convencionales el bajón solo ha sido del 18%. Esto demuestra, según el club, que los conductores optan por las carreteras más peligrosas.

El ejemplo usado por el RACC para fundamentar la propuesta es el desvío de camiones desde la N-II a la AP-7 en un tramo de cien kilómetros en Gerona puesto en marcha en abril de 2013. Entre 2008 y 2012, había un promedio de 15 muertos anuales. Dos años después de la implantación, solo han muerto tres personas en la N-II mientras que la accidentalidad en la autopista no ha subido. La medida no ha tenido coste a las administraciones, pues la reducción del precio de los peajes se ha visto compensada por el aumento del tráfico.

También los transportistas sacan provecho. Según el RACC, el beneficio para aquellos que se deberían desviar hacía autovías sería de unos 15 millones anuales debido a la reducción de accidentalidad, el ahorro de tiempo y el ahorro de combustible se supondría la medida. Para aquellos que ya circulan por autopistas, tendrían un beneficio de 94 millones por la reducción a la mitad del peaje. El estudio, sin embargo, no analiza el impacto que sobre la circulación diaria en autopista puede tener el incremento de estos pesos pesados.

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