domingo, 26 de abril de 2015

Una autopista infrautilizada

Imagen de la autopista
La autopista C-32 que enlaza el Baix Penedès y Barcelona por la zona del Garraf sufre un descenso continuado de usuarios en los últimos años. Desde el 2012, la también conocida como Autopista Pau Casals ha perdido cerca de 7.000 usuarios diarios, quedándose con los 13.000 al día que tiene ahora.

Por el contrario, su alternativa gratuita, la C-31, sufre un crecimiento que ha hecho que esté prácticamente colapsada. Son cifras que ha dado la Plataforma No Quiero Pagar C-32, que junto con los sindicatos UGT y CCOO, y el Consejo Comarcal del Garraf, reclaman una rebaja del precio de los peajes en esta autopista.

"Sufrimos la consecuencia de tener uno de los peajes más caros del estado", apunta Albert Rodríguez, de Comisiones Obreras. Los dos peajes del tramo El Vendrell - Sitges suman un coste de más de diez euros por los usuarios, que se explica en buena parte por los túneles de Vallcarca. Con la delicada situación económica actual, muchos de los que se desplazan en coche prefieren hacerlo por una vía gratuita.

"El Baix Penedès y el Garraf han sufrido un crecimiento de población muy grande debido a la burbuja inmobiliaria, que ha derivado en un paro elevado", explica Guillermo Eroles, de la Plataforma No Quiero Pagar C-32. "Muchos ciudadanos han encontrado empleo fuera de estas comarcas", con el que deben desplazarse diariamente en coche.

En el momento que el precio del peaje es demasiado elevado, los usuarios se decantan por la C-31, pero esta pasa por el medio de muchas poblaciones como Cunit o Cubelles, y se acabó colapsando. "Es más bien un paseo y además tiene tramos muy estrechos y peligrosos", añade Francisco Rica, de UGT.

Los diferentes agentes hace tiempo que se movilizan y han hecho llegar el problema al Gobierno, con dos resoluciones presentadas por ERC y aprobadas en la Comisión de Territorio y Sostenibilidad. Una de ellas pide la rebaja del precio de los peajes y la otra propone un estudio sobre el impacto que tendría la gratuidad del tramo Sitges - El Vendrell. Deberían haber aplicado el pasado 2014, pero no se ha hecho.

"El Gobierno nos da la razón sobre el problema, pero no aplica las resoluciones ni ha querido hablar con nosotros", afirma Eroles. Dentro de dos semanas han sido citados para una nueva reunión. La intención es que, con un menor coste, vuelvan a aumentar los usuarios de la autopista, y la C-31 deje de estar colapsada.

Desde las plataformas recuerdan que en 2021 termina la concesión de la autopista, con el que creen que es un buen momento para cambiar el modelo."La actual no es sostenible, ya que la Generalitat garantiza un mínimo en la empresa concesionaria, sea cual sea el volumen de vehículos que pasen", concluye Eroles.

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