domingo, 12 de abril de 2015

De Londres a Nueva York ¿por autopista?

Westminster, Londres - Fotografía: Hernán Piñera (Flickr, Creative Commons BY-SA)
Habiendo entrado de lleno en el Siglo XXI, sigue sin existir una conexión por carretera entre Londres y Nueva York, lo cual parece un mal menor existiendo rutas aéreas y marítimas. Pero un grupo de industriales rusos cree que sería una buena idea unir todo el hemisferio norte con una monstruosa obra de ingeniería.
La idea es "simple", conectar las fronteras este y oeste de Rusia con las redes viales existentes en Europa y de Norteamérica, a través de Asia. Solo el tramo ruso tiene una longitud de unos 10.000 kilómetros. Los accidentes naturales a sortear no son baladí, incluso para los camioneros rusos.
La parte más compleja de la idea es cómo sortear el Estrecho de Bering, que une Rusia con EEUU (Alaska). Existen cuatro soluciones posibles para ese problema:
  • Paso invernal: aprovechar una carretera de hielo que una ambos extremos, solo disponible por temporadas, aunque habrá que esperar a la próxima glaciación
  • Ferry: utilizar barcos para transportar de un lado a otro de la frontera los vehículos. Es lo más barato y rápido
  • Puente: la profundidad oscila entre 30 y 50 metros y la longitud no parece un problema en sí. El puente de carretera más largo del mundo está en Tailandia, aunque mide 54 kilómetros y está en tierra
  • Túnel: el más largo está en San Gotardo (Suiza) y mide 57 kilómetros, pero está dentro de una montaña. Un túnel subacuático es otra cosa, aunque ya existe en el Estrecho de Calais, uniendo Reino Unido con Francia, y con una longitud muy inferior a la proyectada aquí.
Aunque también forma parte de Estados Unidos, no hay una conexión directa por carretera en dicho territorio. Habría que crear más de 800 kilómetros de carreteras entre Nome (cerca de la frontera) y Fairbanks. Desde ahí, se aprovecharía la infraestructura existente a través de Canadá.
Una vez superados estos escollos naturales, la ruta hipotética entre Londres y Nueva York implicaría una distancia de unos 20.000 kilómetros. Europa ya está conectada muy bien, de hecho el trayecto Londres-Lugansk (Ucrania) tiene una longitud de 3.200 kilómetros y atraviesa Francia, Bélgica, Alemania, Polonia y Ucrania (incluyendo zonas en guerra civil).
Ese trayecto se realiza, de forma optimista, en 35 horas según Google Maps. Habría que dejarse un buen dinero en peajes de un lugar a otro, especialmente si hablamos de camiones y autobuses. Suponiendo Ucrania pacificada, esta etapa es digamos razonable desde el punto de vista logístico.
Se generarían toneladas de vídeos de cámaras de salpicadero atravesando Rusia de punta a punta
Para los que quisieran hacerla entera, como el road-trip horizontal más salvaje, habría que considerar que en esa distancia:
  • Habrá que realizar, por lo menos, un cambio de aceite y filtros
  • En un caso optimista, un juego de neumáticos perdería la mitad de su vida útil, y obviamente tendrían que ser de invierno, ya que hay que atravesar Siberia
  • Si la ruta fuese de peaje, tendría un coste elevado. Pongamos 3 céntimos por kilómetro, solo en Rusia habría que dejarse 300 euros en peajes
  • Hay que rellenar decenas de depósitos para cubrir esa distancia. Suponiendo un consumo medio de 6 l/100 km, la ruta completa implicaría 1.200 litros de gasóleo
  • ¿Cuántas aseguradoras proporcionan asistencia en carretera fuera de la Unión Europea? Habría que hacerse un seguro especial, porque hacer semejante viaje sin ningún problema mecánico es una proeza
  • Ni mucho menos cualquier coche puede sortear sin dificultades regiones con inviernos tan duros. Estaría interesante una lista de modelos no recomendados para dicho intento
  • Nos esperan un par de revisiones aduaneras de las gordas
  • Una vez en destino, habría que volver en barco, sería lo más razonable

¿Qué sentido tiene dicha infraestructura?

Cuando pensamos en una carretera tan larga, hay que pensar más bien en todos los puntos que conecta, que en recorrerla entera. Serviría principalmente para fortalecer regiones aisladas de Rusia que en muchos casos están unidas por simples carreteras de tierra. De hecho, los ideólogos creen que se podrían fundar nuevas ciudades.
No solo hay un lucrativo negocio en lo que es la simple construcción, también en el mantenimiento y en las estaciones de servicio necesarias para realizar grandes trayectos por dicha ruta. Y por donde la carretera quede cerca, se potenciaría la industria hostelera sin duda.
Ahora bien, si nos atenemos a criterios ecológicos y económicos, lo razonable es unir aquellas poblaciones que sí tengan una necesidad real de conexión, y no ser un nodo más de una carretera que prácticamente nadie haría de punta a punta, exceptuando frikis de la aventura y con mucho dinero para dilapidar. Incluso haciendo turno de 1.000 kilómetros al día, de una quincena no bajaría.

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