jueves, 1 de enero de 2015

El Gobierno alemán aprueba la introducción de un peaje en sus carreteras

El Gobierno alemán aprobó hoy la introducción de un peaje para automóviles particulares en las carreteras a partir de 2016, una medida que vigila la Comisión Europea ante el temor de que pueda ser discriminatoria para los conductores extranjeros. 

Según el proyecto aprobado hoy por el Consejo de ministros, los conductores nacionales apenas se verán afectados por la iniciativa, pues la introducción del peaje irá acompañada de una reducción del impuesto de circulación.

La contribución por parte de los extranjeros -que sólo pagarán en las autopistas-, una vez reducidos los costes de implantación de este sistema, ascenderá a 500 millones de euros anuales, que serán destinados al mantenimiento de las infraestructuras, según el planteamiento del ministro de Transportes, el socialcristiano bávaro Alexander Dobrindt.

El Consejo aprobó de hecho hoy un proyecto de ley del departamento de Transportes y otro del ministro de Finanzas, el cristianodemócrata Wolfgang Schäuble.

El Gobierno calificó de "correcta, útil y justa" la introducción de los peajes, uno de los puntos centrales del programa de la Unión Socialcristiana (CSU), ala bávara de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller Angela Merkel.

Los socialdemócratas del SPD, socios de la coalición de gobierno, habían amenazado con votar no al peaje si su introducción suponía en un futuro costes adicionales para los conductores nacionales, cuestión que queda zanjada con el proyecto de ley de Schäuble que contempla una reducción del impuesto de circulación.

La introducción del peaje y la reducción de la carga para los automovilistas nacionales debía precisamente quedar establecido por separado con el fin de respetar la ley europea.
En este sentido, la comisaria europea de Transporte, Violeta Bulc, ya había advertido previamente en contra de discriminar a los conductores extranjeros.

Según el Ministerio de Transporte, los costes de la puesta en marcha del peaje ascienden a 335 millones de euros a lo que habrá que sumar 164 millones de euros anuales para gestionar su funcionamiento, frente a los 276 millones y los 134 millones previstos inicialmente.

Los conductores del país deberán pagar anualmente una cantidad máxima de 130 euros para poder utilizar los 13.000 kilómetros de autopistas y los 39.000 kilómetros de carreteras nacionales.

En tanto, los automovilistas deberán abonar esta misma cantidad por utilizar las autopistas alemanas, aunque podrán elegir la opción de un peaje de diez días (10 euros) o de dos meses (22 euros).

Las multas por no pagar el peaje ascienden hasta 150 euros y para los reincidentes, hasta 260 euros, tanto para nacionales como para extranjeros.

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