sábado, 27 de octubre de 2012

Las autopistas registran ya una caída del tráfico del 30% desde máximos y temen no remontar hasta 2014

Las tarifas han subido más del 10% este año en varias concesiones por la revisión de precios, la pérdida de subvenciones y el nuevo IVA.
Las autopistas de peaje en España prosiguen su particular calvario. El ejercicio difícilmente puede ser peor en términos de tráfico, con una caída acumulada desde los máximos históricos, registrados en el primer trimestre de 2007,  que supera el 30% de media. Esto quiere decir que algunas vías soportan recortes de actividad bastante superiores, como es el caso de las autopistas radiales de Madrid y el resto de vías de nueva generación.
El desplome se amortiguará previsiblemente el año que viene, en el que el tráfico podría caer ligeramente e incluso, en un escenario optimista, tocar fondo para empezar a salir de mínimos a partir de 2014, según distintas fuentes del sector consultadas. En todo caso, la recuperación de la movilidad no será rápida ya que los condicionantes del tráfico de vehículos tampoco suelen evolucionar de forma volátil.
Ahora mismo, la combinación de factores adversos no puede ser mayor: caída del PIB, subida del paro, máximos del precio de las gasolinas, subida de impuestos, existencia de multitud de vías de gran capacidad, paralelas a las de pago y gratuitas, y pérdida de antiguas subvenciones públicas por los recortes aplicados por el Gobierno. Una combinación letal que está hundiendo el tráfico incluso en corredores con alta densidad de población e importante actividad económica.
El pasado julio, por ejemplo, entraba en vigor el decreto de medidas urgentes para reconducir el déficit, en el que se eliminaban subvenciones a los peajes de las autopistas más antiguas. Tras la supresión las  concesionarias optaban por subir los precios en la mima cuantía que las ayudas que habían dejado de cobrar: el 7,5%.
Ese incremento se sumó al habitual de primeros de año, fijado por ley y que se determina en función del IPC y otras variables. La revisión para este ejercicio había sido del 3,2%.
Es decir, que los precios de las autopistas se anotan este año una subida media del 10,7%. La situación es realmente disuasoria para coger el coche y menos para entrar en una vía de pago.
Bajo este entorno, las autopistas de nueva generación continúan haciendo cola para ir al juzgado y presentar concurso de acreedores ante la imposibilidad de afrontar el servicio de la deuda. El dinero facilitado por el Estado para compensar la caída del tráfico y los préstamos participativos para afrontar el sobrecoste de las expropiaciones de los terrenos para construir esas vías no han podido detener la hemorragia financiera de estas concesionarias. Lo ha hecho la autopista Madrid-Toledo, la Radial 3, la R 4, la R 5 y, hace unos días, la AP 36, entre Ocaña y la Roda.
Los accionistas de esta vía, Ferrovial (55%), Sacyr (40%) y la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Gipuzkoa y San Sebastián, Kutxa (un 5 %), han explicado la decisión ante la "inminente" imposibilidad de atender diversos compromisos de pago con las entidades financieras acreedoras.
Según Ferrovial la inversión relativa a este proyecto se encontraba totalmente provisionada en las cuentas anuales consolidadas del grupo de 2011, por lo que no se prevé "impacto significativo alguno" en las cuentas de 2012.  
En otro comunicado Sacyr  anunciaba que  tiene provisionado también el 100% del valor de  esta participación y que la solicitud de insolvencia tampoco implica ningún impacto económico en sus cuentas.
A la lista de autopistas al borde de la insolvencia hay que sumar la Cartagena-Vera, que ha solicitado acogerse al preconcurso de acreedores a fin de intentar refinanciar con la banca una deuda de 550 millones y previsiblemente, en el mes de enero, habrá que anotar en esa relación a la Radial 2, Madrid-Guadalajara.
Tampoco escapa a la delicada situación del sector en general y a la de estas vías inauguradas a principios de la pasada década en particular, la autopista de acceso al aeropuerto de Madrid-Barajas, controlada por OHL, y la circunvalación de Alicante.
El Gobierno no parece por ahora dispuesto a abordar una solución estructural al problema de fondo de las autopistas, que no es otro que la existencia de un modelo dual caótico en el que conviven vías de gran capacidad gratuitas y otras de pago, incluso en el mismo corredor.
Las concesionarias consideran que la solución pasa por cobrar por el uso de las actuales autovías, algo que el Gobierno ha estado a punto de aprobar pero que de momento ha pospuesto. 

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