martes, 23 de julio de 2013

Hautôvia busca presidente


Un nuevo país está a punto de nacer (utópica y virtualmente) entre la autopista R-2 y la M-40 de Madrid. Un país hecho por y para los ciudadanos, en el que los mercados no tendrán poder de decisión. Hautôvia, el nuevo Estado soberano de la Unión Europea, está listo para abrir sus fronteras. La plataforma Truthbehind404 ha creado este proyecto artístico, que fusiona la crítica documental con la performance, con la intención de denunciar el capitalismo y el poder de los mercados en relación al suelo. Lamenta que los intereses privados sean los que han diseñado las ciudades y, por tanto, la vida de sus habitantes. “Hautôvia es un país en el que los ciudadanos deciden qué hacer con su suelo, ya que a fin de cuentas es público”, explica el madrileño César Pérez, el artista impulsor de la iniciativa.

Tardaron meses en hallar un espacio que se ajustara a las características que buscaban y que tuviera el significado simbólico necesario. Recorrieron decenas de carreteras para dar con el terreno perfecto. Finalmente, lo encontraron en el extremo oeste del PAU de Valdebebas, un espacio sin uso de unos 80.000 metros cuadrados. “Esa ‘isla‘ que queremos convertir en ‘Estado‘ no es más que un descampado que no sirve para nada”, asegura Pérez, que añade que la ubicación del país entre la R-2 y el PAU no es casual. “Las autovías radiales están casi todas en quiebra y muchos de los planes de acción urbanísticos (PAU) son ilegales. Es el caso del de Valdebebas, declarado ilegal por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM). Esto no es más que un ejemplo de los intereses económicos privados”, critica.


Es cierto. El Supremo paralizó la concesión de licencias y ratificó la sentencia del TSJM en relación a Valdebebas. También Fomento anunció hace meses que las autopistas de peaje, especialmente las radiales, han generado un agujero de 3.800 millones de euros. Y entre las afectadas están las de Madrid. Para poner en marcha este nuevo país, del que se puede ser ciudadano siempre que se participe activamente o mediante donativo, Pérez ha creado un crowfounding o micromecenazgo que funciona con aportaciones económicas de entre 10 y 250 euros. Con lo que recauden, la plataforma financiará acreditaciones de ciudadanía, pasaportes, expedición de títulos universitarios, moneda, bandera y demás iconografía nacional. También se usará ese dinero para pagar la futura reunión del gobierno en la toma de posesión de sus cargos. La intención de Pérez y de todos los que están colaborando va más allá de lo virtual y pretende alzarse como un auténtico Estado independiente.

Creemos que puede hacerse físicamente y el proyecto sirve de vehículo para que este concepto llegue al límite”, sostiene, convencido de que ya sería un triunfo conseguir el dinero suficiente para litigar por esos 80.000 metros cuadrados inutilizados. La plataforma, en la que hay más de una decena de participantes, trabaja en la financiación y en la creación de iconografía, también estudia la fauna y la flora del territorio, elabora la cartografía y el mapeo de Hautôvia y, lo más importante, busca presidente. “Nuestra primera acción consistirá en la formación del gobierno de Hautôvia: el presidente y los ministros serán elegidos por sorteo entre todos sus ciudadanos”, explica Pérez, que termina defendiendo el país que se ha inventado: “Hautôvia es la apropiación ciudadana del territorio. Es la lucha por los comunes urbanos. Es la reivindicación de un urbanismo donde los ciudadanos tengan mayor peso en las decisiones”. Con un descampado como inicio, Pérez espera que su país llegue a ser reconocido internacionalmente.

El País.com 22/07/2013

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