jueves, 28 de junio de 2012

El listo de Salvador Alemany


Que una de las  causas de la crisis actual en España es la explosión de la burbuja inmobiliaria no lo duda nadie. Que otra de las causas sea, como dicen algunos políticos del gobierno, que “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades” ya es más dudoso. La unión entre el capital financiero (banca, cajas de ahorro, compañías de seguros y otras instituciones financieras), el sector inmobiliario y la clase política dirigente crearon tal burbuja. Y es que en los últimos diez años se han construido en España más viviendas que en el conjunto de Francia, Gran Bretaña y Alemania. Y pese a esto, que según toda lógica, hubiera creado un mercado de casas y viviendas a la baja, , los precios se dispararon el 150%, subiendo mucho más rápidamente que los salarios, y ello como resultado de una abusiva especulación. Tanto la banca, las cajas, las constructoras y la clase política (no hay nada más que ver los numerosos casos de corrupción urbanística que salpican la geografía) se enriquecieron con todo esto. Y mientras la distancia entre los precios de la vivienda y los salarios crecía, intentándose llenar con el crédito, el índice de endeudamiento de las familias, crecía al mismo ritmo.
Ahora, en el momento que la banca española tiene que devolver el dinero prestado por los bancos alemanes fundamentalmente, el estado, con tal de evitar la caída del sector financiero, presta dinero a éstos y somete a  enormes sacrificios a las clases populares. Y aún estamos al principio. Se volverá a subir el IVA, se recortarán más servicios públicos, y, todo hace prever que hasta movernos de un punto a otro de la geografía, se nos hará caro.
El Ministerio de Fomento ya anunció hace unos meses que estaba estudiando el imponer peajes en las carreteras de alta capacidad propiedad del estado; seguidamente la Comunidad de Madrid se abalanzó sobre esta idea, y ahora, son las empresas privadas las que instan a este modelo con la idea de salvar sus paupérrimas economías sobre las que invirtieron, como fueron las autopistas de peaje.
Salvador Alemany, el presidente de Abertis, la gran concesionaria de algunas de las radiales, y de casi la mayor parte de las autopistas de peaje del norte de España, defiende que se generalice el cobro peajes en toda la red de carreteras del país, de forma que las autovías hasta ahora gratuitas pasen a ser de pago: "El pago por uso se está implantando en toda Europa y necesariamente se tiene que imponer también en España”, justificando que el dinero público hoy en día no es suficiente para mantenerlas. Pero ¿es esto cierto? Pues no del todo. Si que es cierto que, al igual que el transporte público, el usuario que lo utiliza, ayuda a su mantenimiento, pero hay dos cosas que echan por tierra esto. Por un lado que ya se pagan suficientes impuestos para este fin y, por otro, ¿es necesario que el ciudadano tenga que pagar la amplia red de vías de alta capacidad que en muchos caso ni tan siquiera está dimensionada para un volumen de tráfico tan pequeño? 
Al final este modelo, permitirá aliviar la situación de las autopistas en dificultades o en quiebra, ya que, cualquier persona que se enfrente al dilema de pagar por una autopista privada de buena calidad o por una pública de peor calidad, optaría por la primera en la mayoría de los casos.
Alemany también comentó que "Además, los ciudadanos no entienden que tengan que pagar en una autopista y puedan circular gratis por una autovía que hace un recorrido prácticamente igual", obviamente, el ciudadano lo que no entiende es por un lado que además de pagar el rescate de las concesionarias con su dinero, tenga que, a partir de ahora, pagar por algo que ya paga, es decir, hacer un re-pago.
Desde luego, Alemany, su lógica es aplastante.

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