lunes, 17 de noviembre de 2014

El difícil parto de una empresa nacional de autopistas


Pasan los meses, los años, y las autopistas de peaje de última generación siguen en concurso de acreedores, acumulando pérdidas, la mayoría perdiendo aún más tráfico, sin que el gobierno encuentre la fórmula para su rescate. El juzgado en el que se busca contra reloj una salida a gusto de todos acaba de ampliar un plazo, que vencía el próximo domingo, para evitar su quiebra.

El pasado mes de julio se anunció un acuerdo para el rescate de las nueve autopistas de peaje en concurso de acreedores. Pero la firma de ese acuerdo no acaba de producirse. Para una de esas autopistas, la AP-36 Ocaña - La Roda, ya tendría que haberse declarado la quiebra en julio, pero el juez concursal va prorrogando plazos a la espera de que pueda incorporase al acuerdo general que se negocia.

En dos de ellas, las radiales 3 y 5 de Madrid, el plazo para un acuerdo vencía el próximo domingo. A última hora el juez ha visto “defectos de forma” en la propuesta de Fomento, ha pedido que se subsanen, y las partes interpretan que el contador se pone a cero, que hay otro mes por delante para negociar.

El modelo sobre el que se negocia pasa por una quita del 50% en la deuda de las autopistas con bancos y constructoras. Quedarían unos 2.000 millones de euros, que asume el Estado, que integra las nueve autopistas con problemas en una sociedad estatal, y devuelve la deuda en 30 años, con un tipo de interés reducido. El dinero debe salir de los propios ingresos de las autopistas, que -dice el gobierno- conseguirán ser rentables al quitarles la mitad de la deuda que ahora soportan. Según el Ministerio, el coste para los ciudadanos sería cero. Operación redonda si se consigue, porque si se dejasen quebrar las autopistas el Estado tendría que afrontar la llamada responsabilidad patrimonial de la administración, y podría suponer el doble del dinero para el erario público. Para todos los españoles.

Domina el oscurantismo sobre la marcha de la negociación, con versiones contradictorias, y más incógnitas que certezas. Esa negociación se centra -oficialmente- en propuestas presentadas en el concurso de acreedores de esas radiales 3 y 5 de Madrid por la concesionaria y por Fomento. Pero, mira cómo está la cosa, que en la propuesta de Fomento -y lo dice el propio Ministerio- ni siquiera figura el tipo de interés al que se pagaría la deuda. Hace poco aún especulaba un portavoz oficial con la posibilidad de que los bancos españoles asuman la deuda de los extranjeros, que son los más reacios a aceptar la propuesta del gobierno. Es decir. Hace unos días ni eso estaba cerrado.

Se acaban de conocer los datos provisionales de tráfico en las autopistas de peaje en octubre. En lo que va de año las nueve autopistas en riesgo de quiebra disminuyen su tráfico, al contrario que el conjunto de la red. Sólo tres de ellas empiezan a remontar, pero dos apenas alcanzan los 3.000 vehículos diarios de media, frente a los 15.000 del conjunto de la red. Otra más, la Madrid-Toledo, sigue perdiendo tráfico, y apenas supera los 700 vehículos al día.

Mientras no cambien las cosas, la rentabilidad, aun con menos deuda, está muy cuesta arriba. El gobierno lleva toda la legislatura buscando una solución... pero se hace de rogar. 

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