domingo, 6 de octubre de 2013

La autopista C-32 rebajará los peajes para atraer tráfico

El Govern considera que la situación de los peajes en Catalunya es «injusta» y «poco equitativa». Opina que hay que «corregir» agravios entre territorios que históricamente han generado muchas «tensiones». En estos términos se expresó ayer el conseller de Territori i Sostenibilitat, Santi Vila, para anunciar a continuación que ha alcanzado un acuerdo con la concesionaria Abertis para aplicar descuentos en las barreras de la C-32 del Garraf y el Maresme, probablemente dos de las comarcas más beligerantes con las vías de pago y donde hoy por hoy sale muy caro recorrer un kilómetro de autopista. Las rebajas se aplicarán a partir del 1 de enero.

La Generalitat utiliza la rimbombante denominación de «homogeneización de peajes», aunque se trata simplemente de que se rebaje la astronómica cifra de, por ejemplo, los 6,42 euros que se pagan actualmente por pasar por la barrera de Vallcarca, en los túneles del Garraf. Desde principios de año, cualquier conductor que use de lunes a viernes este peaje pasará a abonar 4,49 euros. A este descuento se añadirán, además, los porcentajes de descuento por recurrencia (si se circula más de 16 veces al mes en días laborables), con lo que el recibo puede llegar a bajar hasta los 3,14 euros.

Entender el auténtico galimatías que hay en las vías de peaje en Catalunya no es fácil. Desde enero del 2012 se aplican descuentos por recurrencia, vehículos ecológicos y por viajar tres o más personas en los peajes metropolitanos de Barcelona. Pero había municipios del Penedès y el Garraf, como Calafell y Sitges por citar algún caso, cuyos usuarios se veían castigados por unas tarifas muy altas. Se trata de precios calculados en su día al hacer la concesión, ya que la operadora de la autopista tuvo que desembolsar una enorme cantidad de dinero para la perforación de túneles próximos a la costa. El segundo tramo de la Pau Casals es relativamente nuevo. Pero hoy en día las críticas sobre la supuesta amortización de autopistas como la del Maresme, por poner el otro ejemplo, han hecho mella en los responsables políticos. La caída del tráfico como consecuencia de la crisis ha hecho su parte en la concesionaria.

La clave era que no costara ni un euro a las arcas públicas. Eso se ha conseguido. Territori ha pactado con Abertis descuentos en la C-32 que oscilan entre el 10% y el 30% de media (ver gráfico) pero que en algunos casos, al final de las obras y con novedosos sistemas de peaje cerrado, alcanzarán el 80%. Además, la concesionaria acometerá obras por 93 millones de euros en esta autopista y en la C-33.

Durante los meses de negociación, sobre la mesa estaba el deseo de Vila de rebajar los peajes, presionado por los ayuntamientos y los consejos comarcales. Pero también había una cuantiosa deuda de la Generalitat con la concesionaria a cuenta de las bonificaciones de los últimos dos años, que no se han abonado y que suman 54 millones. A partir de esa cifra, se han hecho cálculos de cuánto tráfico se podría atraer con estas rebajas.

El conseller de Territori admitió que una posibilidad es alargar la concesión («eso lo deberá decidir el gobernante que haya en el 2017, en función de su ideología», interpretó) en el caso de que no salgan las cuentas. Esto es, si Abertis no capta suficientes usuarios, su denominada «cuenta de compensación» saldrá negativa y el Govern tendrá que pagarle. Con dinero o con años. En el Maresme la concesión acaba en el 2021, y en el Garraf, en el 2038.

Esta manera de dar una patada a la deuda con la concesionaria contrasta con la voluntad de evitar nuevos pagos en la sombra o sistemas de financiación diferidos para la obra pública, que condicionan sobremanera el presupuesto del departamento que dirige Vila. Ha podido más el deseo de armonizar el pago por kilómetro recorrido que pensar en lo que pasará dentro de cuatro años. Tal vez entonces ya se haya afrontado el pago por uso de infraestructuras, con medidas como la euroviñeta, y los usuarios acepten de mejor grado la prolongación de los peajes.

De paso, razonó el conseller Vila, el hecho de afrontar trabajos de prolongación de la autopista C-32 (Blanes-Lloret de Mar) y mejora de enlaces (de la C-33 a la C-17 en Mollet del Vallès) durante varios años y de forma dispersa servirá para reactivar el castigado sector de la obra pública, tanto para las ingenierías como para las firmas constructoras, que se quejan del erial inversor de los últimos tiempos.

Los descuentos en la C-32 tendrán como única condición portar un sistema de telepago Via T. Por primera vez, además, el Govern ha instado a la concesionaria a entregar este dispositivo de forma gratuita a los usuarios habituales, para incentivar su uso.

Además, se establecerá un cánon anual a las concesionarias de entre uno y tres millones de euros en función de los beneficios que tengan en Catalunya para el fomento del transporte público, tanto para el mantenimiento como para su mejora.

El Periódico.com 02/10/2013

No hay comentarios:

Publicar un comentario